19/9/1962
No estás acá. Te recuerdo tan tangible, tan sustancial. Tu sonrisa acompañada de ésa carcajada imponente me hacía reflexionar en la ironía de que ningún atropello hacía, sino que te abrazaba ''calientitamente'' y te guardaba en su interior. Una pequeña cajita sellada, donde aquél que pudiera, encontraría un príncipe danzando al ritmo de una mirada cómplice que desintegraba el restante de miedos que uno trae consigo.
Testarudo pero confiado, seguro pero cuidadoso, hombre pero tierno. Estaba enamorado, y mi condición troncal genética y/o social te alejaron, te dejé ir. No quería besarte sino exprimirte de un abrazo. Ahora sólo puedo acariciar el recuerdo, que sigue quemando.
Por siempre, tu amigo.