Werewolf
La mordida
La sala de cine estaba increíblemente llena, ¿Cómo es que una película de Hollywood podía vender tantos boletos? Y especialmente hablando de una película cliché de hombres lobos en la que sabes exactamente qué es lo que va a suceder y como tienen que matar a la bestia con sus famosas balas de plata y todo ese cuento que las películas siempre habían presentado. Pero bueno, solo me encontraba ahí porque Steve me había insistido y casi arrastrado hasta el cine después de la escuela por lo que tampoco estaba demasiado contento. El rubio parecía disfrutar de toda esa porquería del cine, de esa ficción y de todas esas mentiras bobas que al parecer a todo el mundo le encantaban ¿acaso era el único anormal? Hubiera preferido ver algo de súper héroes o alguna comedia romántica que en esas situaciones era mucho más preferible.
Estaba demasiado oscuro por lo que tuve que guiarme por las luces de las escalinatas para llegar hasta a los dos únicos lugares que se encontraban vacíos en el peor lugar de toda la sala, escuché a Steve respingar detrás de mí pero no le di importancia pues él había sido el culpable de todo por no haber querido esperar al siguiente día del estreno de la película que estaba por comenzar. En la pantalla se veía un comercial gigantesco de las bebidas Coca-Cola y un montón de chicas en bikini bebiendo de aquellas botellas de vidrio mojándose unas a otras bailando al ritmo de la música empleada en el comercial. Por un momento hubiera deseado estar entre tantas chicas guapas bebiendo Coca-Cola.
Dejé caer el trasero en el asiento y este se sumió ligeramente por mi peso, acomodé las palomitas en la bandeja y la bebida que tenía que compartir con Steve gracias a que el muy idiota había olvidado el resto de su mesada en los casilleros del gimnasio de la escuela y yo tenía que ahorrar si quería comprar unas nuevas refacciones para mi bicicleta destartalada en la que tenía que trasladarme todas las mañanas desde que mamá había vendido el auto para comprar un nuevo aire acondicionado y otras cosas para la nueva casa a la que nos habíamos mudado recientemente cerca de la reserva del bosque de la ciudad.
― ¿Acaso no sientes emoción por la película? ―Susurró Steve muy cerca de mi oreja logrando incomodarme un tanto y obligarme a moverme en el asiento, a veces dudaba de la sexualidad del rubio que decía ser mi mejor amigo. Era guapo, o por lo menos eso había escuchado decir a Clarissa Spencer durante la clase de Ingles, pero también era un idiota y aficionado a la ficción lo cual le quitaba cierto atractivo con las chicas aunque a decir verdad tampoco es que yo fuera un total galán y me juntara con él por vergüenza o lastima, no, habíamos sido amigos desde el preescolar o quizás desde que usábamos pañales ya que Marie, la madre de Steve, era la mejor amiga de mi madre. ―Ya va a comenzar…―Volvió a murmurar pero lo ignoré. Me encogí en mi asiento trepando los pies en el respaldo del que tenía delante sin prestar mucha importancia a la chica de cabellos chinos y negros que se encontraba en ese lugar hasta que volteó a mirarme con mal gesto pero aun así no bajé los pies. Gracias a Dios no iba con su novio o algún chico que hubiese podido romperme la cara en ese momento ya que no era realmente bueno en las luchas, en realidad en casi nada.
Finalmente los cortos de las películas terminaron y la película comenzó con una escena de una chica corriendo por el bosque a gran velocidad tropezando un sinfín de veces como golpeándose con las ramas de los árboles, la rubia de la pantalla gritaba » ¡Ayuda! « presionando con fuerza uno de sus costados que parecía estar sangrando (la sangre más falsa que jamás había visto en toda mi vida) y entonces tropezó con una roca atorándose en su paso con la raíz de uno de los arboles tratando de soltarse cuando un gruñido se escuchó entre los árboles y una bestia peluda de casi dos metros apareció de un salto sobre ella arrancándole la yugular de una mordida al tiempo que un par de chicas soltaban unos gritos dentro de la sala y alguien más decía »Cuidado con el hombre lobo, chica« como si realmente fuera a hacer escuchado por la actriz que se moría desangrada en la escena, entonces la pantalla se vio de un brillante color rojo y letras negras con el título “La noche de los lobos” aparecieron lentamente.