×Superación×

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La azabache corría una vez más hacía la escuela, la prisión, el aburrimiento hecho en ceramica y algunos detalles más. Una vez que llegó, se impresionó al ver que estaban todos en el patio, aún sin entrar a las aulas.

-¿Que ocurrió?- Preguntó Marinette, preocupada.
-Digamos que hubo un problema...
-¿Puedo acaso saber? Me mata la intriga y lo sabes.
-La maestra de inglés fue despedida, ¿impresionante, cierto?

Marinette quedó petrificada, ¿¡Cómo eso había pasado y mucho más de un día para otro!? No dijo nada más, pues se le acercó Nino junto a Adrien.

-Hola Marinette.- Dijo amable Nino.
-¡Hola Nino!- Sonrío la chica de ojos azules como el cielo.
-¡Hola!- Adrien interrumpió el saludo, con el fin de poder ser contestado.

Para la sorpresa de Alya, Nino y Agreste: Marinette no respondió al saludo de Adrien, simplemente cambió de lugares con Alya para luego perder la vista hacía arriba, como si nada pasara. El chico de ojos de esmeralda sintió cierta desepción por sí mismo; como si hubiese perdido una parte de él, se sentía horrible y solo quería ir a abrazar a Marinette, para arreglar todo.
Cuándo Adrien se le iba a acercar a la azabache, fue interrumpido por Alya, quien con una mirada asesina se puso delante de el para no dejarlo pasar bajo ninguna circunstancia.

-Alto ahi chico rubio. No te dejaré acercarte a ella, más si te está superando.- Adrien sintió su cuerpo detenerse.

¿Marinette se estaba tratando de olvidar de él? Debía hacer algo urgente, quería la amistad de Marinette urgentemente; y lo iba a lograr. Corrió hacía el baño desesperado, obligó a Plagg transformarse y subió los techos de la escuela.
Mientras tanto, abajo, con el resto de la clase hablaban uno arriba de otro, Marinette estaba firmemente débil: no se sentía muy bien, sus piernas temblaban y sus labios eran un violeta oscuro, su piel se tornaba de un blanco como la nieve y eso no era un buen movimiento. Las fuerzas de la azabache eran pequeñas, aún así, llegó a entender que por hoy no tendrían clases, según lo que dijo el director.

Alya fue hablando con Nino y ella estaba más débil que antes, en su punto máximo de fuerza que para agregar la perdía. Alcanzó solo a decir "Alya!" para luego perder el equilibrio.
Sintió unos brazos suaves abrazarla, quien lentamente la dejaba caer al suelo con protección y lentamente; sus ojos pudieron abrirse y ahi estaba el gato negro, preocupado, pidiendo ayuda profesional de parte de un médico. Llegó el doctor de la escuela para revisar a la chica de ojos azules cielo, mientras ella pudo recuperarse un poco abrió sus ojos completamente y dijo,un poco atontada.

-¿C-chat?- Preguntaba, tirada en el suelo.
-¡Princesa! ¿Estás bien?
-S-si, eso c-creo.- Decía lentamente- ¿Me atrapaste tú?
-Si, justo a tiempo.- Sonrío el gato.

Mientras todos detrás estaban preocupados por Marinette, Chloe estaba feliz por la aparición de Chat; cometió un grave error, meterse en medio de todos para tirarse arriba dd Chat Noir. Mientras él la quitaba de encima, cruzaba miradas con las de Marinette; observaba como el médico hacía su trabajo preocupado.

-Ya está,te estas recuperando. Señorita Cheng, le aconsejo que ahora tome algo energético, y vaya a su casa inmediatamente: le avisaremos a sus Padres.
-Muchas gracias.- Dijo la princesita de Chat, tratando de pararse.
El superheroe de París, se adelantó para agarrarla de la cintura, haciendo poner el brazo de la azabache en su cuello.
-Yo la llevaré.
-Muchas gracias Chat Noir.- Dijo el médico.
-Señor médico, ¿puedo saber que me ocurrió?- Preguntó la azabache preocupada por su salud.
-Nada preocupante, solo que por un momento tú sangre se paso a las piernas y menos al corazón. Pero no fue un desmayo, y estás bien.
-Gracias Señor, nos iremos.- Dijo el gato. Estiró su bastón y se fueron ambos juntos.

Marinette no paraba de mirar al gato, quien estaba agarrando fuertemente a  la azabache para que no le pasara nada.
Una vez que llegaron, en la puerta, Chat tocó el timbre de la panadería y Sabine e Tom quedaron impactados por ver a su hija con el gato de París.

-Marinette se desvaneció, aquí está.- Le entrego a la chica a sus padres.
-Pasa Chat, eres bienvenido.

Chat entró sin esperar mucho, mientras veía a Tom atendiendola a Marinette, quien estaba sentada en una banqueta de la panadería. La chica le explicaba a su Papa que ocurrió, con una parte de narración de Chat. Ambos agradecieron a Chat muchas veces, le dieron un poco de su panadería para agradecerle; ambos se fueron a comprar algo.

-Llama si necesitas algo cariño.- Dijo Sabine, cerrando la puerta.

Chat y Marinette se quedaron callados por un momento.

-Gracias Chat, en serio. Diría que me salvaste la vida ¿cómo puedo compensartelo?
-Con verte sonreír y estar bien me basta, prrincesa.- Se sentó al lado de ella.
Las mejillas de la azabache se volvieron rojo fuego, realmente se sintió alagada.
-Gracias en serio Chat, eres especial...- Se le quedó mirando.

El ambiente se sentía tibio, el romántico color que daba la luz rosa era perfecto, sus ojos estaban cruzados mirandose uno al otro, se sentía la conexión entre ambos prenderse. Se acercaron lentamente uno al otro, sus labios rozaron románticamente; se escuchó que se abrió la puerta de la panadería y este par se separó la más rápido posible.

-O-olvidamos las llaves...- Dijo Sabine, toda roja.
-S-si..- Marinette era fuego.

Rápidamente Sabine agarró las llaves y cerró la puerta. Marinette tenía miedo de volver a mirar a Chat, sentía que si lo hacía, perdería una leatad grande, arruinaría otra amistad y no quería eso...o al menos eso pensaba ella.

-B-bueno, ¿q-quieres i-ir a ver una p-película arriba? Tengo varias..
-S-si, perfecto.
Estaban más rojos que un tomate; ahi se dió cuenta Adrien, o más bien, Chat, que Mari estaba superando a Adrien rápidamente.

PASO 2: Hablar de Adrien.
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Sí, bastante corto este capítulo. Pero tengo mucho sueño y es lo que pude hacer por ahora T_T
Pd: Lo que le "pasó" a Marinette, me pasó a mi y fue literalmente ese sentimiento y el porqué. Aim sori :'v
   
  by: tidygurl

Night times ×Miraculous Ladybug fanfic Marichat×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora