Recuerdos

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Apenas tenía 7 años cuando vivía en esa sucia granja de mis abuelos, era feliz allá, la comida era buena, jugaba con los animales, parecía un niño normal, no recuerdo mucho pero si recuerdo que la mayor parte del tiempo estaba en el bosque, no socializaba con los demás niños era un tanto...raro, pero si tenía un amigo, bueno eso decían mis abuelos, tenía un amigo ''imaginario'' que me encantaba dibujar, nos dibujaba a el y a mi, siempre el sosteniéndome de la mano escabullidos entre los árboles.

Decían que me gustaba tanto el bosque que iba dormido hacia allá, si, era sonámbulo, decían que algo me atraía hacía allá, algo sobrenatural, pero solo era un niño raro.

Unas de las cualidades que me hacía un niño raro era que no le temía a nada, ni a las alturas, ni a los payasos, ni ningún otro personaje ficticio que se inventan los mayores para asustarnos, la oscuridad para mí nunca fue un problema, al contrario me gustaba estar a oscuras, nadie me veía venir, nadie sabía dónde estaba y era bastante divertido ser una sombra, era como un pequeño ninja.

Dicen que el miedo solo es la ignorancia hacia lo desconocido.

Aún con 10 años tenía los mimos hábitos, era el niño más raro de todo el lugar, aunque también era el más inteligente, con esa edad deduje por mi propia cuenta de que todos esos cuentos baratos de Santa Claus y el conejo de pascua eran mentira, ¿en serio?, un conejo que esconde huevos, además yo mismo veía cuando los abuelos los ocultaban y siempre encontraba los regalos de navidad, yo mismo desde pequeño elegí en qué creer y en qué no, solo es una pérdida de tiempo el creer en esas cosas.

A los 12 años ya sabía cocinar, mi abuelo me enseñó, el decía que un verdadero hombre tiene que saber preparar sus alimentos, que un hombre tiene que aprender a sobrevivir sin depender de nadie, mi abuelo era granjero pero también era un cazador nato, me enseñó el arte de cazar y sobrevivir en todo tipo de condición, a pesar de ser raro él veía el potencial que tenía, era como el favorito, el decía que cuando el faltara yo iba a tener que dirigir su hermosa y bella granja, aunque aprendí a cazar y a manejar el ganado con facilidad pero nunca me gustó la granja, el bosque era como un escape de ese día repetido en la granja, siempre era lo mismo y solo esperaba el día de salir de ese lugar.

A los 14 años de edad deje de ir al bosque y me comencé a interesar en los estudios, comencé a crecer y a dejar a mi ''amigo imaginario'' atrás, como en todo me resultaba fácil el aprender matemáticas, en temas que niños de mi edad tenían problemas ya yo los dominaba, cuando los niños de mi edad iban por la división ya yo iba por él álgebra, cuando los niños de mi edad estudiaban cuantos huesos tiene el cuerpo humano, ya yo sabía que era un edema, sabía cosas que no los profesores no sabían, me clasificaron como un hablador y que solo decía cosas para parecer más inteligente, pero los profesores solo estaban celosos de mi coeficiente intelectual.

La escuela quedaba a unos 40 minutos a pie y cambie mi hábito de ir al bosque por ir a la escuela, me la pasaba en esa polvorienta y oscura biblioteca tragando libros, me acuerdo que pasaba días ahí dentro y perdía la noción del tiempo, leía todo tipo de novela y libro que encontraba, desde romanticismo hasta libros de física cuántica, era un nerd cuando pequeño, pero los únicos géneros que rechazaba eran la ciencia ficción y las historias sobrenaturales, eran una pérdida de tiempo ya que no era cierto, y desde pequeño yo elegía en qué creer y solo creo en lo que veo.

A mi abuelo no le preocupaba donde estaba porque el mismo me enseñó cómo  sobrevivir en todo tipo de situación, también tenía un gran sentido de la dirección, así que era muy difícil perderme, pero estaba seguro en la biblioteca, era mi zona de confort, era mi escape de la granja.

A mis 16 años tuve mi primer trago de alcohol, era una tradición en la familia que cuando cumples 16 años debes tomarte una cerveza gigante, todos terminaban vomitando y siempre me gustaba ver la desgracia de los demás, pero en mi caso no fui la excepción, terminé vomitando por todos lados y no sé cómo llegué a lo más profundo del bosque y desnudo, me levante y la luz me molestaba, las pisadas que hacía eran explosiones en mi cabeza, tarde unas 2 horas en llegar a la granja pero terminé llegando, era algo completamente nuevo para mi y ya sabia por que pasaban los demás, pero ya era considerado como un hombre, y venían cosas nuevas por aprender, porque en 2 años ya era momento de elegir mi camino, si quedarme trabajando duro en la granja o ir a la ciudad a buscar mejor vida.

Ya soy un hombre y en mi primer día era aprender a conducir una bestia, aunque ya sabia manejar los tractores pequeños de la granja, pero una bestia era otra cosa, era la mamá de todos los tractores que había visto, con la bestia se transportaban todos los productos de la granja a la ciudad, cuando fui a la ciudad por primera vez quedé enamorado, veía esas grandes escuelas y esas universidades prestigiosas, desde ese momento sabía lo que quería.

Cuando iba yo solo a entregar el cargamento mensual, me quedaba admirando las escuela y universidades que estaban en la ciudad, la ciudad era como otro mundo, las personas de allá vestían diferente a nosotros, vestían todo elegantes con sus trajes bien planchados y limpiecitos, sin embargo yo un granjero con la misma ropa heredada de mis primos mayores, no me comparaba a ellos, ellos me miraban con asco y despreció al verme desmontarme de la bestia, cuando finalizaba de hacer la entrega me iba a la granja como alma que lleva el diablo, ya que hubiese perdido mucho tiempo admirando las universidades prestigiosas.

Cuando llegaba el próximo mes para hacer la entrega no dudaba en ofrecerme a llevarla, solo para pasar a ver las prestigiosas universidades, y mi sueño fue estudiar allí.

Sin embargo cuando pasaba por allí hice una amiga se llamaba Vanessa, ella estudiaba en una de las escuelas prestigiosas pero era una chica muy humilde, fue la única que se acercó a hablarme, ella le pedía libros prestados a la biblioteca para prestármelos a mi hasta que vuelva al próximo mes a entregárselo, desde entonces mi hábito de ir al bosque regresó, era para poder estar en paz y leer mis libros, ya que el bosque me quedaba más cerca que la biblioteca pequeña de la escuela.

Cuando estaba en el bosque todo era tranquilidad, sin dejar atrás de que sentía a veces que me observaban desde lo lejos, pero no le ponía caso ya que a lo mejor era un un venado asustado con mi presencia, el libro siempre estaba tan interesante para ir a investigar que era, además el bosque era mi habitad, nunca había visto a nadie más allí, así que sin duda alguna eran animales, el miedo solo es la ignorancia a lo desconocido y no hay algo a lo que le tenga miedo.

Ya con 18 años era el momento de elegir si quedarme allá en la granja o salir a la ciudad, mi respuesta la tenías desde hace 2 años ya tenía la respuesta y no los pensé 2 veces para elegir, mi abuela con gran tristeza en su rostro, pero yo sabía que tenía potencial para ser más que solo un granjero así que me fui a la ciudad.

Mis abuelos me dieron dinero suficiente para mantenerme por un año, no como un rey pero para mantenerme, fui a la universidad más barata que pude, allí me desenvolví como quería, aprendí bastante, los profesores notaron mi intelecto y me dieron una beca completa para estudiar en la universidad más prestigiosas de todo el país, pero quedaba en la misma ciudad, allí volví a ver a Vanessa, fui una gran sorpresa para ella, pase de ser un sucio e inculto campesino a ser uno de ellos, ella me consiguió un trabajo en una gran empresa como chofer de grandes camiones llevando cargas para poder costear mi pequeña habitación.

Pasaron los años y me gradué junto con Vanessa, fue el gran comienzo de todo lo que soñé o al menos eso pensé.

Solo una semana después de haberme graduado llegó una carta diciendo que mis abuelos habían muerto, sin pensarlo dos veces volví allá y para mi sorpresa dejaron la granja a mi nombre, pero no la quise, aprecié mucho a mis abuelos por eso, pero dejé la granja a mi prima Olivia que ella si aprecia la granja y sé que ella la cuidará como los abuelos hubiesen querido, ya mi vida está en la ciudad y no puedo regresar a mi pasado.

-Danny, ¡¡Danny!!...

Quien asecha en el bosque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora