La práctica de bicicross había salido bien, mis amigos se habían ido a sus casas y yo estaba de camino a la mía cuando el teléfono sonó.
El identificador decía que era mamá, me pareció raro porque ella nunca llamaba en ninguna ocasión, por lo que pensé que tenía que ser algo importante.
— ¿Hola Dani? —hablo cautelosa
—Que hay má—dije tomando de mi agua
—Hijo quiero que me escuches con atención, hubo un robo en la casa y...
Empecé agitarme y a acelerar el paso expectante de lo que mi mamá tenía que decir.
—...Samanta salió herida, estamos en el hospital...
Sentí ira en ese momento como mi cuerpo se ponía rígido con tal noticia, no podía describir lo que me estaba pasando sentía que me ahogaba, nada iba bien ¿Y Tommy?
— ¿Dónde está Tommy?—hable nervioso
—Él está bien, ven al hospital central era el más cercano que había, pronto la trasladaremos a uno particular, donde tenemos a un amigo médico y...
— ¡Que importa eso madre!—grite, hice una pausa para calmarme y luego de un incómodo silencio decidí hablar yo—Voy para a ya—dije en un hilo de voz y colgué
Corrí hasta la mansión sabía que estaría infestado de policías , yo quería ir para ver dónde y cómo habían atacado a Samanta, tenía que hacerlo, mi curiosidad pudo más, me trepe una cerca metálica enorme y camine a pasos alargados a la casa.
Entre evadiendo a la policía, pasando por la sala donde habían pequeños rastros de sangre evaluados por detectives y más personas llevándose evidencias en la cocina ya que el cristal de la puerta trasera se había roto, me imaginaba que había sido obra del ladrón o de Samanta al intentar entrar o salir de la casa.
Me detuve en seco al llegar a la escaleras había un charco de sangre y aparte la mirada, conteniendo las náuseas que tenía, subí como pude evadiendo las miradas confundidas de los detectives que no decían nada y se abstenían a mirar.
Al llegar encontré una cinta amarilla en la sala de música y policías dispersos por todos lados, pequeños charcos de sangre. Pasé la cinta amarilla, y me pare atemorizado por lo que vi.
Había un pequeño cuarto que antes creía que era para guardar utensilios de limpieza, había unas escaleras saliendo de él.
_Era un ático_
Empecé a temblar de miedo y sensaciones indescriptibles se apoderaron de mi cuerpo, como si no pudiera presenciar algo, un ser algo que no era evidente.
Me acerque poco a poco y alce la vita dispuesto a subir cuando un policía me vio y me detuvo, ignorando lo que me decía o más bien gritaba, subí rápido pero antes de llegar varios de ellos me retuvieron.
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Piensa en mí
Teen FictionTras la trágica muerte de sus padres, la vida de Samanta no volverá a ser la misma.Con catorce años deberá asumir responsabilidades que no corresponden a su edad, como cuidar de Daniel, un niño indomable e insoportable, en una casa nueva y con una f...