10/09/17

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Cantidades de euforia & amor.

Levantarse, arreglarse y marcharse, acciones que obtuvieron el mayor grado de repetición esta jornada.

"Cita" en casa de una persona especial: Cuadras de nervios e imaginación planificando minutos y minutos de relación creciente al paso de mis zapatillas desgastadas sobre las variadas veredas cambiantes al ritmo de los edificios modernizados.

Al llegar, le brindo un saludo nervioso con pizcas de cariño que ocultan cantidades de amor no representado y paso a su departamento. Un banquete de dulzuras en todo sentido: él frente a mí, escuchándome, mirándome y cebándome mates dulces a pesar de sus disgustos, su sacrificio por mi compañía.

Un ser oculto no consciente de sus enormes virtudes decide brindarme refugio junto a él. Textos por leer y noticias por escuchar, ¿Será lo que realmente espero?.

Termino mis tareas gratificado por su ayuda, me regaló tiempo desperdiciado en tonteras y me abrió la mente a la vergüenza ajena, me hace mejor persona.

Camino de vuelta a mi casa, planeamos compartir también la noche y es hora de arreglarnos. La belleza se representa en camisas de tonos bordós y rojizos, él se ve maravillosamente hermoso y confirma mi teoría: es un gran soporte en estos momentos tan indiferentes que me toca pasar, cada día crece más lo que siento por él.

Nos encontramos con amigos para dirigirnos a un lugar desconocido, caminamos separados del grupo al paso de la oscura noche tucumana, hablando de la belleza del mundo y los problemas que conlleva ser feliz.

La lluvia cae sobre nosotros no tan de sorpresa y apresuramos el paso, la sensación es indescriptible, personas, luces y autos se mueven rápidamente ante nuestros ojos que sólo quieren mirar lo que toda la tarde quisieron ver: nuestra unión.

Caminamos hasta llegar a destino, un edificio bastante grande con toques de elegancia se nos presenta con lugar para resguardarnos de la lluvia. Unos minutos más tarde, llega el anfitrión, nos abre sus puertas y pasamos a una terraza cerrada con otras personas que están bebiendo alcohol, fumando cigarros caros y charlando, la noche transcurre tranquila.

Se sorprende ante tanta gente e intenta alejarse por su nerviosismo activo. Logro tranquilizarlo con pequeños gestos de cariño y seguridad, ahora me toca a mí cuidarlo, es el recién llegado a un grupo que no sabe cómo actuará frente él, pero para su bien, lo integran amigablemente a la comunicación grupal.

Se hizo una amiga nueva, aquella peliroja querida que era gran candidata para conciliar vínculos amistosos junto a él. Logra calmarse y entrar a la charla poco a poco.

Continuamos la noche con vasos repletos de bebidas alcohólicas bastante cargadas y empezamos a ser. Nuestro tiempo termina en el edificio y nos dirigimos en taxi al club, donde su caballerosidad interviene y nos brinda el viaje gratuito, mis sentimientos siguen aumentando, mi mente se cuestiona qué es lo que siento por él.

Esperamos con frío en la fila para nuestro ingreso cuando un sujeto desconocido de edad aparentable nos invita a pasar por lista de cumpleaños de un amigo suyo, aceptamos agradecidos y logramos pasar antes del tiempo estimado. Luces y oscuridad abordan entonces nuestra visión con ganas de disfrutar de la música en los diferentes lugares del recinto.

Somos los menores del lugar, personas de diferentes edades bailan en la pista principal mientras nuestro grupo se intensifica en planificar una movida fuera de lo común, es el inicio de la extroversión de la noche.

El tiempo corre y dos amigas junto a mí subimos a bailar al escenario principal del lugar cumpliendo nuestro trato, inauguramos un nueva pista y brindamos el espectáculo del comienzo de la noche, la euforia se apodera enormemente de nuestros cuerpos y realizamos danzas desconocidas por la felicidad de la música.

La gente colma el espacio bailable y bajamos del escenario, es hora de estar todos reunidos. Amigas traen un trago que nos prometimos comprar por recomendación y todos tomamos de él, sensaciones espeluznantes ingresan en nosotros y nos sentimos asqueados por el sabor tan fuerte del trago, nunca más invertimos cantidades en él.

Un chico me ve a lo lejos buscando mi atención y la atrae, pero por compromiso a otra persona especial, no hago el mínimo gesto de insinuarle algo, no estoy para admirar su altura ni su físico, mi mente y parte de mi corazón está con la persona a mi derecha, me brinda mi compostura en todo momento.

Habilitan la segunda pista y subimos a recorrer, música nostálgica suena y cantos emocionados se escapan de nuestras bocas siguiendo los temas que marcaron nuestra infancia.

Sucesión de eventos, besos de por medio, encuentros inesperados y amigos incomparables, la noche "goals" de mis sueños.

Salimos exhaustos de la vida nocturna y emprendemos camino de regreso a nuestros hogares, una velada digna de recordar y plasmar en escritos, un millar de mini relatos por contar al mundo y un lugar al cual regresar, me encontré junto a ellos.




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Ha pasado un tiempo desde este día y no ha sido apropósito (o , no sé), y quería plasmar los momentos más significativos de esta noche que pasé junto a personas que admiro por ser como son y la única forma era tranquilizando mis emociones para no escribir tonterías.

Pasaron muchas cosas más, pero prefiero guardármelas porque son intimidades, me las olvidé, o me da vagancia escribirlas (soy un ser vago, la pereza me acompaña all time, perdón).

Gracias por tomarte el tiempo de leerlo, saludos primaverales criatura pensante y nos vemos en otra emisión de "Días que necesito recordar"!

Agus.

Días que necesito recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora