Citatorio

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-Lamento ser yo en decirles esto, Señor y Señora Smith, pero Mortricia ha tenido otra pelea.-

Fue lo que se escuchaba detrás de la puerta mientras Mortricia estaba sentada esperando, con moretones en los brazos y en los puños, algunos rasguños en la cara y un moretón en el ojo, tenía una gran expresión de indiferencia combinada con ira que trataba de quedarse dentro.

-Oh Director Vagina, lamentamos los comportamientos de nuestra hija, es solo que, no sabemos que le sucede-

Dijo la madre de Mortricia.

-Lo sé señora Smith, pero es eso mismo lo que nos impide ir a la raíz de el problema.-

Respondió una voz masculina.

-Ya hemos intentado de todo Director, hemos ido con Psicólogos, hemos intentado canalizar sus comportamientos a otras actividades, hemos intentado hablar con ella, pero simplemente...-

Habló la Rubia al borde del llanto, quien fue tranquilizada por su esposo, quien la tomo de los hombros mientras ella ponía las manos en su rostro intentando no derrumbarse en llanto.

-Lo sé señora Smith, pero quiero insistir a ambos en buscar una solución al problema, después de todo, quiero tanto el bienestar de Mortricia como la seguridad de mis demás estudiantes.-

-¿Esta diciendo usted que mi hija es un peligro para la escuela?-

Dijo Jerry con el ceño fruncido, aun calmando a su esposa.

-¡Oh no no no! Solo estoy diciendo que- -

Fue interrumpido por Jerry

-¡Mi hija no es ningún peligro, ella es una chica dulce!-

Hablo Jerry, parecía muy molesto pues su reacción no era común en el.

-Y a todo esto ¿Como sabemos que ella no lo esta haciendo en defensa propia? Seguramente ella solo se defiende de alguien más.-

Trato de excusar a su hija.

-Porque, ya van varios chicos que me aseguran que ella empieza las peleas y que ella misma agrede a otros chicos y chicas en diferentes situaciones, créanme que yo no los llamaría específicamente a ustedes si no tuviese las pruebas, pero...-

Mientras hablaba, el director sacó un folder de color amarillo que parecía muy lleno, con un separador en blanco que decía "Mortricia", este lo abrió mostrando bastantes papeles archivados en aquella carpeta.

-Estos son sus reportes, tanto los que han hecho los maestros como los chicos que vienen a mi oficina a reportarla por agresión.-

Jerry y Beth tomaron los papeles, parecían anonadados, y decepcionados por ello, realmente no entendían el porque, o como, pero era cierto, su hija estaba siendo una abusadora.

-Señor y señora Smith, entiendo que ella es muy cercana a su abuela, Rita.-

Mortricia escuchó el nombre del otro lado de la puerta, su cara de enojo cambio a sorpresa, y puso más atención a la conversación, con algo de dolor.

-Si, así es.-

-¿Y si ella ayudase a arreglar el problema?-

Mortricia alzó la mirada, y por un segundo, miro a Rita recargada en la pared, viéndola con esos ojos llenos de patas de gallo y llenos de rímel en las pestañas que la caracterizaban, cerró los ojos y ya no estaba en cuanto los abrió, con una mano agarró su brazo y sus ojos se cristalizaron, ella bajo la mirada y se mordió los labios mientras volvía a fruncir el ceño, tratando de no llorar y de controlar su sollozo.

-Eso...no va a ser posible.-

Jerry seguía calmando a su mujer, pues a ella, al igual que Mortricia, quizá un poco menos, le dolía el hecho de que sabían que Rita no podía ayudar

-Mi madre...no ha vuelto desde hace meses de un viaje, no sabemos si ella sigue viva.-

Trato de hablar Beth, aunque por poco casi no lo logra pues tenía un enorme nudo en la garganta.

-Pues, será mejor que busquen ayuda y la manera en la que Mortricia vuelva a ser, ya saben, Mortricia, en el caso de que siga habiendo problemas, me veré obligado a expulsarla de esta institución.-

Mortricia se puso de pie, tomo su mochila que estaba al lado de sus pies y se marcho, aun escuchando de lo que hablaban, pero cada vez menos pues más se alejaba.

Fue hasta que salió del colegio que sus padre salieron de la oficina del director, tratando de encontrar a Mortricia con la mirada, pero ya era tarde, Mortricia ya se había ido, estos solo suspiraron y estrecharon la mano de Vagina y salieron de la escuela, esperando que Mortricia volviese después.

La chica de cabello quebrado y una cinta roja en el pelo no tardo mucho en llegar a la zona abandonada de la ciudad, aquella donde había una gran muralla de concreto pintarrajeada con pintura en aerosol que cuando se subía a lo lejos se veía una carretera transitada, Mortricia miró y subió a ella con mucha astucia y ocupando mucha fuerza, para sentarse al borde, mientras algunos autos pasaban a lo lejos, sacó un jugo de sabor naranja, le clavó una pajilla con rudeza y le dio un sorbo, pensaba en todos los que tomaban la desviación para ir a la ciudad donde Mortricia vivía, pensaba en todas esas personas que,  de que ya era noche, venían en sus autos conduciendo con tranquilidad pero a paso veloz, para llegar a ver a sus familias, tener una cena tranquila y pacifica, contar sus anécdotas ya sea del día o del tiempo que estuvieron fuera, el quedarse a dormir para mañana amanecer en sus camas y desayunar junto a sus mismos seres queridos para volver a despedirse y partir a sus trabajos o escuelas.

Pronto llegaría el verano, pronto todos, o la mayoría dejarían de trabajar y de estudiar, podrían pasar tiempo con sus seres queridos, y divertirse, eso la hizo pensar aun más y le provocó adentrarse en sus propios pensamientos

Nunca olvidaría esa tarde de verano, en la que Rita alistaba sus cosas en la nave espacial, ese cabello desarreglado y ese rostro maquillado y pálido, de ojos ojerosos llenos de tinta especial para pestañas y delineador, labios gruesos de color carmesí, ese atuendo que consistía en una blusa azul y un pantalón ajustado café, unas botas militares con tacón algo bajo, y ese peinado lleno de fijador, ese olor que se asemejaba a la naftalina, un químico para preservar ropa en armarios sin miedo a que las polillas se comiesen los tejidos, o para impedir que las termitas royeran el mueble, parecía haber sido añejado tanto tiempo que era tan tosco y amargo, pero tan familiar y femenino a la vez, cada uno de estos detalles eran algo que solo ella poseía y se veía bien.

Algo que hacía a Rita especial.

-¿Enserio tienes que irte Rita?-

Pregunto Mortricia mientras le veía empacar.

-Si Mortricia, pero, no te preocupes, volveré el próximo verano.-

Respondió Rita algo indiferente hacia las emociones de apego de Mortricia que ella misma había causado.

-Ugh, no entiendo porque ellos quieren que ayudes en ese tonto elixir de la juventud y vida eterna.-

Refunfuño la pequeña mientras cruzaba los brazos e inflaba las mejillas, parecía una niña arrogante y mimada, pero en realidad no quería alejarse de Rita, llevaba días insistiendo a su abuela que quería ir con ella, pero siempre la respuesta era un rotundo "No" que se escapaban de esos viejos y gruesos labios llenos de labial rojo.

-Ni yo se querida pero...- Eructó con algo de clase y modales.

-Mira, tu y yo sabemos que es mi oportunidad de patearles el traseros a todos esos Ricks y demostrarles que una Rita es tan buena como ellos, es decir, Mortricia, sabes que no me importan esos idiotas, tu sabes eso más que nadie, no me importa lo que piensen Mortricia, pero, de vez en cuando darles a entender que no tener que hacer fila para el baño no significa que el tener pene te hace mejor científico.-

Mortricia se sentía orgullosa de Rita por aquellas palabras, tanto que le abrazó por detrás, realmente le alegraba que Rita tuviese esa actitud y esa personalidad tan fuerte que era digna de ella, una mujer que realmente era una gran científica, pero, aun así, era una idiota de vez en cuando, como los Ricks, como todos los Ricks.

-Oh vamos querida, no quiero ponerme sentimental antes de irme.-

Bromeó Rita mientras reía y trataba de zafarse del abrazo, pero Mortricia solo evitaba que ella lo lograse apretando ligeramente para no lastimar a su abuela mientras reía, al final ambas terminaron sentadas frente a su escritorio mientras reían, Rita le revolvió el cabello, mientras dejaban de reirse, cuando empezaron a parar Rita extendió los brazos.

-Ven aquí cariño-

Dijo y Mortricia se acercó a ella y le abrazó, Rita enternecida por el abrazó lo apretó y paso sus dedos entre su cabello, después de eso besó su frente dejando un beso marcado con rojo y sonrió.

-Volveré antes de que digas "Wabba Lubba Dub Dub"-

Fue lo ultimo que le dijo antes de partir, y alejarse entre las sombras de miles de estrellas y se iba por el cosmos, a un lugar del que nunca supo cual era.

Miro al cielo, era igual a aquella noche en la que ella se fue, en la que la dejó, ya casi pasaba un año de ello, y un poco menos desde aquel día en lo que todo cambió, un par de lagrimas recorrieron sus ojos.

-Wubba Lubba... Dub Dub- 

Susurro con la esperanza de que Rita llegase de la nada, lo cual ella sabía que no iba a pasar.

Señorita Buscapleitos //Rita y Mortricia\\Where stories live. Discover now