Ella solo quería celebrar el mejor cumpleaños de su vida, pero resulta en un vuelo equivocado, con un compañero de asiento no muy agradable, y un destino un poco travieso.
"Ya me resigne, estoy atrapada en un vuelo de once horas a punto de cumplir a...
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Estoy a punto de morir de felicidad, explico porque, estoy a horas de cumplir mis deseados veintiún años directo a una de las mejores playas, no me mal interpreten no soy una millonaria que viaja cuando se le da la gana sino mis padres me regalaron este vuelo junto con mis amigas para celebrar por primera vez en grande, ¡Como Dios manda!
-Disculpa, ¿a que hora llegaremos a Filipinas? – le pregunte al joven que esta a mi lado.
-Ojala fuéramos a Filipinas, necesito un buen descanso – me respondió un poco irritado pero siguió hablando – no llegaremos ni aunque quisieras, este avión se dirige a Francia.
¿Qué acabo de escuchar?
-Eres bastante chistoso, pero ya dime a que hora llegamos – esta vez me miro irritado totalmente.
-En once horas llegaremos a Francia, específicamente con cuarenta minutos – dicho esto él siguió durmiendo cómodamente y dejándome con una gran confusión.
Espera, ¿Qué?
¡Santa madre mía! ¡No me puedo haber equivocado de vuelo!
Miro a la pantalla de mi celular y leo un mensaje de mi amiga preguntándome en donde bledos me encontraba.
Efectivamente ella estaba en el vuelo correcto directo a celebrar mi cumpleaños, sin mí.
-Mas te vale saber volar para salir de este avión – escuche decir sarcásticamente al que esta sentado junto a mi.
Miro la publicidad de las pantallas donde se muestra el comercial de red bull "Red bull te da alas".
