Una familia feliz

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Era otro día normal en la clase 1-A, era el último período de clases y todos se encontraban prestando atención en lo que decía su profesor excepto una persona, Midoriya Izuku.

Al parecer hace unos días había debutado un nuevo héroe que captó la atención del joven, por lo tanto estaba concentrado escribiendo notas en su cuaderno. No sólo eso, sino que además no podía evitar murmurar cada vez que anotaba algo nuevo sobre la particularidad y el estilo de pelea de él. Algo que molestó a cierto rubio que se sentaba justo frente a él, ya había alcanzado su límite de paciencia, por lo tanto como buena persona que es se giró para hablarle.

—¡Cállate de una maldita vez, Deku! —gritó exasperado Katsuki rompiendo la burbuja en la que estaba el peliverde.

—Lo lamento Kacchan  —murmuró Izuku. —Pero aún seguimos en clases, así que intenta bajar la voz.

—¿¡Qué dijiste maldito!? ¡Yo no soy quien está molestando aquí! —tomó a Midoriya de la corbata para acercarlo a él. Estaba a punto de calcinarlo vivo, de no ser por el sonido de la campana anunciando el fin de la jornada escolar.

Aizawa dejó de escribir en el pizarrón y se dirigió a la salida.

—Bakugo, Midoriya. Los quiero mañana a primera hora en la sala de profesores —mencionó el azabache antes de salir del salón, dejando a todos sin habla.

El silencio reinó por unos momentos entre los estudiantes, hasta que alguien decidió hablar.

—Parece que están en problemas chicos —comentó Jirou antes de tomar sus cosas y retirarse de la sala.

El rostro de Midoriya era una verdadera obra arte, estaba petrificado de lo aterrado que se encontraba y tenía múltiples emociones por toda su cara , no quería ni imaginar lo que le esperaba mañana.

—Maldición, todo es tu culpa maldito nerd —espetó el de ojos color carmín antes de soltar al pecoso. Agarró su bolso y se dirigió a la salida echando humo por las orejas.

Sus amigos se acercaron a él preocupados por el estado en el que se encontraba el peliverde.

—No te preocupes, Deku-kun. Estoy segura que no será nada malo —sonrió la castaña a su amigo intentado calmarlo.

Pero la preocupación que estaba sintiendo no pudo desvanecerse, como si supiera que algo iba a suceder. Decidió creer en las palabras de su amiga y volver a los dormitorios.

...

Al día siguiente cuando faltaban treinta minutos para que iniciaran las clases en UA, se encontraban dos estudiantes frente al despacho de maestros. Uno de ellos nervioso, el otro fastidiado.

Izuku movió la puerta corrediza para luego pedir permiso e ingresar a la sala junto a Katsuki. Vieron a su maestro sentado en uno de los escritorios del salón, quien les hizo un gesto con la mano para que se acercaran a su puesto.

—Supongo que tienen una idea de por qué están aquí —dijo Erasedhead mientras revisaba algunos papeles de la escuela.

—Porque Deku es un inútil que lo único que sabe hacer es balbucear como un idiota —miró con desprecio al ojiverde que se encontraba a su lado.

—Esto no hubiera sucedido si Kacchan supiera controlar sus emociones —susurró el joven de rizos en respuesta a lo dicho por su compañero.

—¡Te escuché maldito! —exclamó preparándose para darle un golpe en el rostro.

Un golpe en el escritorio bastó para que se calmara.

—¿Hasta cuándo pretenden seguir actuando como niños? —dijo mientras se levantaba un poco el cabello que le cubría el rostro. —No pueden seguir con esa actitud por siempre. Como he notado que no planean hacer las paces, me vi en la obligación de intervenir.

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⏰ Última actualización: May 30, 2018 ⏰

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¿¡Tenemos un hijo!? [One-shot KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora