Me siento sobre en la silla junto con un teléfono sobre el escritorio esperando alguna llamada de algún cliente de mi tía para escuchar sus problemas y aconsejarlos para ayudarlos de alguna manera.
Hace calor insoportable, no podía estar sentada en el mismo sitio por más de quince minutos en un día de verano. Lo que ocurría era que dejaba el asiento sudado y mis muslos con una rara sensación y asquerosa.
¿Que, qué hacía esperando llamadas en verano? Fácil: mi mejor amiga se fue a visitar su familia en Japón, mi tía quería ir de vacaciones y yo quería dinero. Ah, y no tengo más amigos.
Si, si, ya sé. Es triste, pero es lo que hay. Estaba de las 12:00 hasta las 17:00 disponible. Hablar con los pocos clientes que había no era del todo aburrido. Siempre eran los mismos problemas y si era algo diferente a lo usual siempre podía consultar los libros que tenía la tía preparada o sino con los apuntes que le había dejado con las cosas más comunes, y si todo esto fallaba y no tenía tiempo, siempre estaba el internet.
Después de haber esperado más de tres horas observando el teléfono que tenía delante, un ring ring empezó a sonar haciendo eco por toda la habitación donde trabajaba su tía. Emocionada por ayudar a alguien por teléfono, lo cojo y contesto inmediatamente saltando sobre mi asiento.
—Dígam...—intento pronunciar pero enseguida me interrumpe. Miro el número que llama y no parece uno de los pacientes habituales, era uno nuevo que pudo haber encontrado el número por las páginas amarillas para buscar ayuda con alguno de sus problemas.
—Soy... Ah... Park Jim... Jimin.—oigo a través de la línea y empiezo a ruborizarme. Eso, eso... ¿eran gemidos?—Y creo que tengo un... ah... problema con mi...
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dimple ; p. jimin
FanfictionA pesar de mis, apenas 17 años. Había abierto una especie de psicólogo por teléfono, ofertando ayuda en las páginas amarillas para aquellos que tenían problemas. Casi nunca recibía ninguna llamada, solo unas tres al año, pero estaba feliz de poder a...