Estoy confundida, mi mente no hace mas que pensar en el pasado. Él no deja de invadir mi mente, está ganando la batalla, me está controlando. El miedo no ha hecho más que ganar la batalla durante ya bastante tiempo. Estoy en la esquina de mi habitación, encerrada, mi cárcel son mis rodillas, lo único que me protege son mis manos, lo único que las aparta de mi mente, son ellas. Ellas son las que me ayudan, aunque hoy no están siendo de gran utilidad, las tengo pegadas en mis oídos, para evitar escuchar o ver algo, pero no ayuda en nada. Están ganando la batalla, el y sus amigas, el miedo y las malditas sombras que me atormentan.
Llevo hecha un ovillo en la esquina de la habitación lo que parece una eternidad, estoy temblando, nadie se percata de mi ataque repentino, nadie se percata de que estan en mi cama observandome, me sonríen con crueldad. Trato de gritar para que las saquen de aquí, pero algo me atrapa, baja mis brazos de mi cabeza con una fuerza repentina y me susurra:
- Estoy aquí, pequeña.
Ahogo un grito, intento voltear para ver la figura que me atrapa, para ver el rostro de aquel que siempre llega a decirme: Estoy aquí, pequeña. Pero no logro visualizar nada, lo único que obtengo es oscuridad absoluta. No hay nadie más que ellas, así que con la fuerza que tengo, grito.

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VIVIENDO ENTRE SOMBRAS
Historia Corta- ¿Me extrañaste, Aria? - pregunta Kass - Porque nosotros a ti, sí. - Pero ¿Qué carajos...? - titubeo. - JAJAJA qué boquita tan sucia Aria- dice mientras se ve lo que creo que son sus dedos. - ¿Qué... qué haces aquí? - digo abrumada. - ¿Molestarte...