Tras sobrepasar Dúrcal mientras se dirigía hacia Granada, Ruth empezó a sentir de nuevo ese cosquilleo nervioso en el estómago tan desagradable. Hacía ya tres días que Ruth había recibido un mensaje de su ex novio, Chandler, en el que le proponía quedar para tomar un café cuatro meses después de su ruptura. La razón de esta, un pequeño y simple detalle al que nadie daría importancia, ella era una bruja, y no en el sentido peyorativo, era una bruja de verdad, de las que se ven en las películas realizando hechizos y siendo condenadas a la hoguera.
Ruth no había vuelto a saber nada de él desde su ruptura, pero aún sentía algo por él y era consciente de ello, aunque no podía evitar que le viniese a la mente esa visión de cuando se lo confesó, esa cara de terror y sus palabras —Aléjate de mí, no quiero volver a verte en mi vida —sentenció. Ella no entendía por qué después de tanto tiempo, cuando por fin parecía que había un poco de luz en su camino, que podría olvidarse de él y empezar una nueva vida, había vuelto a contactar con ella para tomar un café. Ruth no sabía ni cómo se sentía, estaba nerviosa pero a la vez segura, enfadada pero a la vez contenta, tenía una nube de sentimientos que la rodeaba y de la que no era capaz de salir, lo único que quería saber es el motivo por el que después de tanto tiempo de repente ha querido contactar con ella.
Eran las 17:00h cuando Ruth llegó al Central Perk, la cafetería donde le dijo que se encontrarían; él ya estaba dentro sentado en una mesa esperándola. Dio un suspiro, y se adentró en la cafetería para llegar hasta donde él estaba.
— Hola. —saludó tímidamente.
— Hola Ruth, me alegro de verte —dijo Chandler con una sonrisa en su rostro—. Siéntate por favor.
Ella se sentó y agachó la cabeza, no era capaz siquiera de mirarle a los ojos, estaba demasiado nerviosa como para empezar a hablar.
— Te preguntarás por qué te he llamado después de tanto tiempo —comenzó Chandler al ver que ella no era capaz de hablar.
— Es que no entiendo por qué, después de cuatro meses, y tras lo que me dijiste, de repente me dices de quedar como si no hubiese pasado nada —dijo ella con firmeza.
— Entiendo que te sientas así —repuso Chandler—. Pero este tiempo me ha hecho darme cuenta de que lo que siento por ti es más fuerte que cualquier contratiempo que pueda surgir.
— ¿Ya no tienes miedo de que te convierta en una gallina? —preguntó Ruth con sarcasmo—. Ya casi había conseguido superar lo nuestro, ¿qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión tan drásticamente?
— Por favor, no seas dura conmigo, tenía miedo —le cogió la mano y prosiguió—. Ahora que he estado sin ti, me he dado cuenta de lo estúpido que fui, sé que no serías capaz de hacerme nada nunca, pero en ese momento no era consciente de lo que hacía.
Pero Ruth ya no estaba en la conversación. Ella era una bruja muy particular, cada una tiene un poder diferente, pero hay quien incluso tiene dos o tres, y este era el caso de ella; sus poderes eran los hechizos pirotécnicos y uno que había adquirido días después de su ruptura, la clarividencia. ¿Y en qué consiste el poder de la clarividencia? Pensaréis que se trata de leer el futuro, pero no es así del todo, ya que existen dos tipos: leer el futuro o los secretos más oscuros. Hay brujas que pueden hacer ambas cosas, pero no es el caso de Ruth, que sólo podía hacer lo segundo. Basta con el simple roce con una persona, para que la bruja que es clarividente descubra todo acerca de una persona, y Chandler cometió el grave error de cogerle la mano. Ruth vio cómo Chandler se había estado acostando con hasta tres mujeres diferentes durante todo este tiempo, y con una de ellas había sido también mientras aún estaban juntos. Le retiró la mano bruscamente, no podía creer que hubiese sido capaz de hacer eso.
— ¿Y quién te hizo darte cuenta, fueron las dos rubias o la pelirroja a la que te estabas tirando mientras estábamos juntos? —preguntó Ruth armada de valor.
Chandler pegó un respingo, ¿cómo podía saber eso ella? Él no se lo había contado a nadie y sabía de primera mano que las amantes que había tenido tampoco lo harían, porque no les convenía que nadie se enterase tampoco, era imposible.
— ¿Cómo dices? —dijo con voz nerviosa intentando ganar tiempo para una excusa.
— Lo sabes perfectamente, no te hagas el loco, resulta que "la bruja de tu ex" ahora tiene el poder de la clarividencia, y ahora lo sé absolutamente todo maldita rata —le dijo muy enfadada.
— Vale, está bien, lo hice —admitió—. Pero eso fue un error, ninguna me ha hecho sentir lo que me has hecho sentir tú, estábamos en un mal momento y tuve un desliz, pero yo sólo te quiero a ti.
— Tienes suerte de que no tenga permitido usar la magia salvo en casos de extrema urgencia delante de la gente común —dijo con rencor—. Pero ahora mismo te juro que te carbonizaba vivo.
— Por favor cariño yo no...
— No vuelvas a llamarme cariño desgraciado —le cortó bruscamente—. Ni se te ocurra volver a buscarme, ahora soy yo la que no quiere volver a verte nunca más.
Cogió su bolso, y se marchó rápidamente ante la mirada incrédula de Chandler, que ni siquiera hizo el esfuerzo de volver a por ella, sabía que en ese momento la acababa de perder para siempre.
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Crónica de un reencuentro
RomanceTrabajo de clase para la asignatura Didáctica de la ficcionalidad en lengua extranjera. Realizado por: José Luis Nocete López.