Capítulo 2.

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Mientras se acercaba paso apresurado. El cuerpo tenía un agujero de bala en la sien, un arma 38 mm. en la mano derecha y un ramo de flores en la izquierda, las flores llamaron la atención del hombre, eran extrañas y no parecían ser de las que se regalan o llevan a un cortejo fúnebre. Se dió vuelta para a enfrentar a la mujer y notó de que ésta lo miraba fijamente con un ensamble de confusión pero no sorpresa y lágrimas que corrían por sus mejillas.

-No creí que fueras a regresar- dijo ella manteniendo el ceño fruncido. "Jane" recordó el hombre mientras la miraba fijamente a los ojos verde esmeralda.

-Yo tampoco- murmuró por lo bajo -¿Qué fue lo que pasó?- preguntó después señalando el cadáver.

-¿Tú que crees?- respondió ella secándose las lágrimas con la puño de su camiseta manga larga de color azúl y ese tono seco que ella únicamente utilizaba con el. A penas se habían conocido, él pensó que era su forma de hablarle a todos, pero no, no lo era. Porque él la había escuchado hablar sobre moléculas en clase, la había escuchado hablar con los reporteros del canal de noticias la vez que ella se había trepado hasta la copa del árbol más alto y antiguo del pueblo con tal de que no fuera talado, y la había escuchado contar una historia sobre espías a su hermana cuando ésta fue su niñera. Jane no era así con todos, pero por alguna razón sí lo era con él, y él aún no estaba seguro de si eso lo debería alagar o preocupar. Antes de que él pudiera decir algo su madre llegó gritando preocupada.

-Jane, querida ¿Estás bien?- preguntó tomándola de los hombres mientras la observaba de arriba abajo buscando alguna herida.

-Estoy bien Sra. Morgan- respondió honestamente sonriéndole dulcemente, la Sra. Morgan le devolvió la sonrisa, se dio vuelta y abrazó a su hijo fuertemente.

-Que bueno que hayas decidido regresar Peter- dijo ella de un suspiro.

-Sólo vine por papá y para que me expliques qué fué lo que le pasó- dijo él escapando de aquel incómodo y asfixiante abrazo y vió como Jane se reía disimuladamente pero después volvió a su expresión seria.

-Vengan, vamos a dentro- dijo la Sra. Morgan. Él asintió, Jane sólo comenzó a caminar.

-Mi valija- murmuró Peter corriendo a buscarla de donde la dejó y regresó con su madre. Jane les llevaba ventaja e iba sosteniendo el dije de la cadena que colgaba de su cuello como si éste la protegiera.

Los tres caminaron en silencio hasta la última casa del pueblo. Era grande y hermosa, hecha de ladrillos y madera, a simple vista se notaba que era antigua pero aún así resistente ante cualquier caos natural. En el frente, justo a un lado de la gran puerta de madera, había un cartel color chocolate que decía en letras negras e imprentas "Moreno 51", Jane abrió la puerta provocando que ésta rechinara y le hiciera sentir a Peter un escalofrío por la espalda, y entró, seguida por la Sra. Morgan y Peter.

La casa parecía mucho más grande en el interior, las paredes permanecían blancas a pesar de las manchas de humedad, tenía un larga escalera de madera que llevaba hacía las habitaciones, una gran telaraña colgando del techo que giraba al sentido contrario de las agujas del reloj, y ventanas altas con cortinas azules que impedían la entrada del brillo del sol. La Sra. Morgan le pidió a Jane que la esperase en la cocina y llevó a Peter escaleras arriba a la habitación en la que se iba a quedar. Ésta era amplia con las paredes de un color rojo oscuro casi bordo y los muebles allí eran estilo victoriano. La cama se encontraba hecha a la perfección como si nunca hubiera sido desarreglada.

-¿Cómo pasó?- rompió el silencio Peter por primera vez clavando un puñal en el pecho de su madre mientras dejaba su valija sobre la cama.

-Ahora no- repuso su madre nerviosa aunque tratando de sonar tranquila.

-No mamá. Quiero que lo me digas ahora, ¿cómo pasó?- ella suspiró y se dejó caer sobre la cama.

-Hace una semana estábamos los dos hablando sobre lo que pasó con la familia Taylor-.

-¿La familia de Jane?- interrumpió confundido.

-Si, la familia Taylor fué la más afectada con este tema que nos viene persiguiendo a todos, ¿entiendes de lo que te estoy hablando?- Peter asintió. -Bueno tu padre aún no podía entender por qué Jane fué la única no afectada ni tampoco nosotros dos. Ninguno sabía la respuesta, pero sabes cómo era tu padre, él no iba a parar hasta saberlo- hizo una pausa -Entonces todo el mundo se fué del pueblo asustados de que les pudiera pasar a ellos también, incluyendo a tu hermana, y fue cuando tu padre comenzó a buscar algo que conectará a todas las muertes además del hecho de que todas hubieran sido suicidios. Fué al hospital a buscar los archivos de las autopsias y luego a la estación de policía por los registros de las investigaciones y la evidencia que no era mucha, y trajo todo- volvió a hacer una pausa y tragó saliva-. Pero cuando llegó a casa estaba cambiado, paranoico. Decía que todo había sido su culpa y no paraba de gritar, traté de calmarlo pero era como si no me escuchara, subió a nuestra habitación y yo pensé que quería recostarse así que fuí a terminar la cena. Cuando subía a buscarlo lo encontré ahorcado con una de sus propias corbatas- Peter se quedó en silencio observando a su madre quien trataba de no llorar. Había mucho en que pensar, mucho qué debía hacer. Pero no tenía idea por dónde empezar. Dejó que los segundos pasarán hasta que su madre dejara de morderse el labio para contener el llanto y dijo:

-Ahora si quiero descansar- éste tenía los ojos perdidos y medio tambaleándose se sentó en la cama. La Sra. Morgan asintió y le sonrió dulcemente antes de salir de la habitación.

Datura StramoniumWhere stories live. Discover now