Tinta y Ramen

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Al pasar los días Sai seguía dándole vueltas al asunto de su relación con el rubio, sin hallar una explicación que lo complaciera lo suficiente.

Pero no tenía mucho tiempo para estar pensando en sus conflictos sentimentales, pues les había llegado un pedido para una misión y partían temprano al día siguiente.

Fue a la ciudad para buscar suministros, especialmente tinta y pergaminos, pues eran indispensables para sus técnicas.

Salía de la tienda cuando el chico que ocupaba su mente en ese momento paso corriendo frente a él, dejándolo hipnotizado por un momento y terminando derribado por algo peludo.

- ¡Akamaru, espera! - ordenó Kiba a su fiel compañero, generando que el rubio se detuviera y se girara a ver qué pasaba.

- ¡¿Sai?! - exclamó este al ver al pelinegro en el suelo y las manchas de tinta expandirse por el suelo, se acercó y lo ayudo a levantarse - ¿Estas bien?

- Lo siento amigo, íbamos demasiado rápido y no alcanzamos a frenar - se disculpó el Inuzuka a la par que el canino a su lado gimoteaba a modo de disculpa.

- Está bien - los tranquilizó - no pasó nada grave.

- Pero tus materiales - repuso el Uzumaki - ¡Te compraremos nuevos! ¡Vamos!

Así, entraron los tres a la tienda a buscar las cosas que se habían estropeado. Aunque terminaron comprando más de lo que realmente era.

- Con esto ya estás listo para mañana, ¿Verdad? - pregunto el rubio una vez que salieron.

- Si, ¿Que hay de ti Naruto?

- Solo falta una visita a Ichiraku y estaré listo para partir. ¿Quieren venir conmigo?

- Tú siempre con tu ramen - se quejó Kiba - lo siento, pero entrenaré con Hinata y Shino hasta tarde, y ya perdí demasiado el tiempo con esa persecución. Nos vemos - se despidió antes de irse junto con Akamaru.

- ¿Tu qué dices Sai?

- No tengo ningún problema - respondió el pelinegro.

- ¡Bien! Entonces vamos - exclamó entusiasmo el Uzumaki antes de echar a correr en dirección al restaurante.

Una vez dentro, cada uno pidió su plato y mientras esperaban comenzaron a charlar un poco.

- Siempre he tenido curiosidad - hablo el pelinegro - ¿Por qué te gusta tanto el ramen?

- ¿Por qué? Mmm... - medito un momento - bueno, es delicioso, tiene un sabor único que no puede compararse con ninguna otra cosa, y la sensación de felicidad que tengo cuando lo como es única - explico.

- Ya veo.

- Se que usas la tinta para tus técnicas y eso, pero ¿Hay una razón?

- Supongo... Nunca he sido bueno expresándome, y a través de las pinturas puedes hacerlo sin usar palabras... Tal vez sea por eso.

- Ehh.

En ese momento, sus pedidos fueron colocados frente a ellos interrumpiendo la conversación, empezaron a comer, el pelinegro con tranquilidad y el rubio como si no hubiera un mañana.

Sai pensaba en la explicación que Naruto le había dado sobre el ramen, y creyó sentirla, no era por el ramen, pues era un tazón común y corriente, si no por el hecho de estar con ese rubio hiperactivo.

Tal vez Sakura tenía razón, tal vez si estaba enamorado de Naruto.

***

Han pasado 84 años...

Okno.

Lamento la tardanza, y que el capítulo sea tan corto a pesar de eso, en serio trataré de publicar más seguido y hacer las partes más largas.

Nos leemos luego n.n

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2018 ⏰

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