UNO.

1.4K 98 28
                                    

Grell salió de la oficina de William tirando baba, pues era de las pocas veces que William no le golpeaba la cara o le decía algo como “eres una mancha" por que sí, William podía molestarse tanto con su excéntrico compañero que llegaba hasta el punto de llamarlo de la peor forma, pero Grell siempre volvía a el él como si nada hubiera pasado jamás y cómo si esas frías palabras nunca salieran de su boca.

Le sorprendía que Grell no se hubiera cansado ya de él, pero de cierta forma también le causaba celos cuando lo veía con ese asqueroso demonio, porque lo que los demonios hacen es comer almas y aveces creía que Grell se acercaba a propósito a ese demonio solo para molestar, pero jamás le prestó atención. Él, jamás le iba a prestar atención a alguien como Grell Sutcliff.

—¡Ahhhhh! ¡Hoy si que fue un día cansado!—Dice Grell mientras camina por las oficinas casi vacías un poco aburrido, gira su mirada hacía un enorme reloj colgado en la pared y nota que es aún temprano, son las siete de la noche apenas y ya casi no hay nadie ahí, tras pensar un rato una fugaz idea le cruza la mente “¿Acaso había trabajado demasiado rápido?" borra esa idea al instante, sentándose en un pequeño sillón a pensar un poco, tras unos quince minutos de puro aburrimiento una idea le cursa por la mente “¿y si voy a visitar a mi hermoso Sebas-Chan?" y sin dudarlo más de un minuto, ya se encontraba de camino hacía la enorme mansión Phantomhive esperando ver a su hermoso mayordomo haciendo alguna actividad para el mocoso que tiene por amo, pero se encuentra con uno de los inservibles sirvientes...

—¡Plu Plu! ¡NO QUEMES EL PASTO PORFAVOR!—Grita el pequeño rubio mientras corre detrás del enorme perro, el cual parece divertido quemando arbustos, árboles y el pasto recién cortado, el rubio se acerca a el perro y tomando una de sus enormes patas logra tirarlo a suelo, el animal suelta un chillido bastante sonoro, Grell observa divertido aquello.

—Ah, Finny, arruinaste el jardín de nuevo.—Una voz relajada dice viendo al jardinero y al perro tirados en el suelo, era Sebastián, no parecía enojado y eso era peor que cuando lo estaba, cierra los ojos por un momento como si tratase de relajarse para no matar al joven jardinero y los abre de golpe lo cual le sorprende demasiado a Finny quien no se mueve del piso—Finny, Bard esta cocinando, lo deje acargo mientras venía a ver que era lo que sucedía ahora hazme un favor y ve a ver que no este destruyendo la cocina.

—¡Sí, Sebastián-san! —Grita el jardinero mientras se levanta rápidamente sacudiendo su ropa un poco, comienza a correr en dirección a la mansión pero antes de que pueda alejarse demasiado Sebastián le grita.

—Asegúrense de no causar un incendio—Y una vez el pequeño se va, Sebastián observa el jardín, a decir verdad no era demasiado lo que el perro había causado pero de igual forma debería arreglarlo, camina un poco hasta un árbol quema y es entonces cuando lo dice —Sal de tu escondite Grell Sutcliff, ¿o es qué acaso me temes ahora?— Y aunque Sebastián lo negará, su voz había tenido un toque de dolor.

—¡Oh Sebas-chan! Qué coincidencia, ¿no lo crees?—Salió de detrás de un árbol, totalmente emocionado por ver al pelinegro pero este como siempre, ni siquiera lo miro a la cara.

—¿A qué se debe tu visita? Aquí no hay nadie que deba morir—Comentó mientras se alejaba a un intento de ser abrazado por el pelirrojo shinigami.

—¡Ya no estoy trabajando! Y pensé que quizá sería buena idea venir a verte Sebby—Respondió en un tono infantil, de niña enamorada a lo cuál Sebastián solo giro los ojos.

¡Déjame en paz! [One-shot] [SebasGrell]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora