LOVE YOU LIKE A LOVE SONG (H.S.)

ELLA

Hannah no era una chica normal, eso lo sabía desde pequeña. Mientras las otras niñas jugaban a papás y mamás, ella prefería leer un libro o correr con los chicos de la clase. Siempre había congeniado más con los niños que con las niñas y ella no sabía por qué, pero eso no la preocupaba.

A los ocho años conoció al primer y único amor de su vida, los cómics. No hay ni un solo momento de su vida en el que recuerde haber estado sin uno. Eran su vida y mientras las otras chicas del colegio saltaban a la comba o jugaban al escondite, ella se quedaba en un rincón leyendo. A partir de ese momento su vida se volvió mas dura. Aquellas niñas que veía desde aquel rincón del patio se dieron cuenta de su presencia y pasaron de jugar al escondite a hacerle su estancia en el colegio un infierno. Fue entonces cuando descubrió su otra pasión, el boxeo. Lo aprendió para defenderse pero nunca tuvo el valor para utilizarlo cuando ellas le insultaban y maltrataban. Aun así ella no se perdía un combate.

Siempre le había gustado la música, era de las personas que pensaban que cada vida tenía una banda sonora. La suya estaba llena de canciones tristes

A los catorce años ya no confiaba en nadie, todas las personas en las que había creído o había admirado habían acabado decepcionándola. El insti estaba guay, nada que ver con el infierno de primaria, pero seguía sin ser lo suyo.

En su entorno personal no tenía a mucha gente. Sus padres pasaban de ella y lo único que hacían era decir lo que no les gustaba:que si no te arreglas, que si no te comportas como una señorita, que la lucha es un deporte de chicos, que probara con el baile, que sus amigos no eran lo suficientemente buenos...

Solo tenía tres amigos. Su mejor amiga Payton vivía en otra ciudad y miles de kilómetros las separaban. Sus otros amigos eran Ethan y Alex, eran como hermanos, siempre estaban juntos, nadie los podía separar. Tenian los mismos gustos e inquietudes y sentían que eran ellos contra el mundo.

Hasta ese día esa era la vida de Hannah, pero en un segundo, un instante, algo cambió...