Enamorado de una ARMY (Min Yoongi)

capitulo 2

Llegue al restaurante de mi mama después de una jornada de viaje, me quede parado en la entrada contemplando el gran letrero sobre la puerta, por el cristal de la ventana se lograba divisar a mi madre atendiendo detrás de una barra con una gran sonrisa que me contagio en un segundo.

Entre con el mayor sigilo posible intentando pasar desapercibido entre la gente (lo cual lo veía difícil, ya que llevaba puesta una chaqueta de cuero negra, unos jeans rasgados de la rodilla, un gorro de lana azul, un cubre bocas que escondía la mitad de mi cara, una bufanda sencilla del color del gorro y lentes de sol que obviamente cuando entre al restaurante me quite). Camino a la barra se encontraba un estante de vidrio, repleto de fotos y discos mios y de los chicos, con algunas frases motivadoras hacia mi, frente al estante se encontraba una chica de cabello largo y ondulado, piel blanca, casi tanto como la mía, de estatura media baja y delgada, llevaba puestos unos jeans rasgados de la rodilla al igual que yo, unas zapatillas blancas con el escudo de ARMY y una sudadera negra como dos tallas mas grande de lo que debería, en la parte de atrás tenia escrito mi nombre en letras blancas y el numero 93, en la muñeca llevaba un brazalete con las iniciales “BTS”. Fue entonces cuando tuve un golpe de realidad: Es una A.R.M.Y., posiblemente si me ve aquí se vuelva loca y arme un escandalo llamando la atención de todo el restaurante, cuando estuve apunto de irme ella se giro hacia mi, su expresión y reacción fueron tan repentinas, e inesperadas, creí que gritaría algo como “Yoongi Oppa te amo” como lo hacen algunas fans, no me molesta que lo hagan en los conciertos, pero fuera de ellos puede ser tedioso, lo único que hizo fue abrir la boca y una mueca de sorpresa, solo se quedo ahi, mirándome, sin decir nada por un rato, hasta que hablo de pronto

—T-tu eres Min…— susurraba temblorosa y titubeando —Min Yoongi?— sus manos temblaban y extrañamente las mías también

—Amm.. Hola…?— enserio Yoongi? Solo eso pudiste decir? Que estúpido —te sientes bien?, piensas quedarte ahí parada todo el día?— de nuevo mi sarcasmo tan repentino, como es que eso se escapa de mis labios sin que yo lo pueda detener? ¡Diablos!

Ella solo me seguía mirando, como si de un Dios se tratase, como si estuviera analizando cada parte de mi cuerpo, realmente me estaba estrenando se su actitud

—Bien, creo que debería irme— di la vuelta para retirarme pero escuche que volvió a hablar

—No!— me voltee a verla y seguía con la misma expresión —por favor no te vallas— me sentí en la obligación de abrazarla o algo, se le veía bastante triste, su mirada era fría pero cálida al mismo tiempo, no se como pero me hacia sentir cosas extrañas, ajenas a mis pensamientos

—no me iré, acabo de llegar— Sonreí para romper la tensión, aunque dudo que haya visto mi sonrisa por todo lo que traía puesto encima, me sorprende que me haya reconocido —quieres tomar algo?— okay, esto va mal, en contra de mis actitudes de chico tedioso, pero no puedo evitarlo

—co-contigo?— preguntó dudosa y aun titubeando

—no, con la planta de alla— señale una planta a lo lejos, de nuevo el sarcasmo ataca —claro que conmigo— al parecer mi comentario le causo gracia por que empezó a reír y al final contesto con un ”esa planta es muy servicial, tal vez le acepte un café” reímos los dos ante su respuesta

—mira, allá hay una mesa sola— señale la mesa del fondo, a un costado de la ventana —sientate mientras voy a saludar a mi madre— ella asintió y se fue a sentar.