Venganza

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No era una ciudad donde solía llover mucho por esta época del año, pero la reciente garúa adornaba su trágica cita, su emoción inicial se fue al traste cuando se enteró que ella no solo había faltado a su cita, considerándola una más, sino que mientras esperó en la mesita del restaurant, con sus atavíos más elegantes, los minutos de emoción inicial empezaron a volverse más pesados y sombríos. No sabía si parar e irse sería digno o vergonzoso, ya muchas mesas, con parejas lo miraban constantemente y luego hablaban y sonreían entre ellos con voces tan bajas que no escuchaba que decían, pero entendía muy bien de que hablaban, de él.

No fue buena idea llevar un ramo de rosas, el querer ser romántico lo había expuesto a las burlas de la sociedad, y aunque ahora fuera del restaurante, con un ramo cuyos pétalos eran arrancados por la creciente lluvia como si el cielo se burlará del él, miraba con rabia y mucha frustración su teléfono móvil, no, no esperaba una llamada, lo hacía para torturarse.

En la pantalla del móvil, brillaba una fotografía, que cómplice de la noche, la hacía más notoria. No era una imagen digna, era una fotografía de ella, una fotografía de esos juegos íntimos que las parejas jóvenes tienen, con una mirada traviesa, y la virilidad en la boca, por azares del destino, termino en su móvil, no sabía si fue un error o ella lo hizo apropósito, pero sabía que tampoco le contestaría, esperaba que ella dijera algo, pero parece que o se había dado cuenta ella del error, o aún seguía disfrutando entre sabanas con ese desgraciado, en realidad no sabía que pensar, solo no quería pensar.

Tampoco sabía a donde ir, no quería ir a su casa, ni a su cama, no quería dormir, quería que la noche fuera eterna. Los negocios ya estaban cerrando y el seguía caminando sin rumbo, las rosas ya no eran rosas, solo eran un manojo de algo húmedo y sin forma. Algunas personas de mal vivir lo contemplaban al pasar, pero como si supieran lo que le había pasado, solo atinaban a mirarlo pasar con cierta lástima.

Llego a una pequeña plaza con bancos techados, y decidió que debía cubrirse de la lluvia, no era que le importara, pero si hacía su caminar errático y pesado. Luego de unos instantes mientras intentaba acomodar sus zapatos, una chica algo menor que él, se sentó a su lado, se disculpó por llegar de forma tan presurosa, pero también quería resguardarse de la lluvia.

Él no tenía ganas de conversar, pero el bello rostro de la joven le impedía negarse a responder aquellas trilladas formas de romper el hielo. La joven se volvió a disculpar, esta vez por parecer atrevida mientras acomodaba sus prendas y a la vez intentaba inútilmente quitarle en lo posible la humedad, revisó uno de los bolsillos y sacó su teléfono móvil, y su expresión de decepción lo dijo todo, la humedad había arruinado su teléfono.

Él la contemplaba anonadado, a pesar de sentirse mal, no podía dejar de mirarla, ella lo notó y le dedico una sonrisa que lo intimidó. Fue cuando al notar que ella intentaba hacer funcionar su teléfono, él sin pensarlo le ofreció el suyo.

Para cuando ella lo tomó, el recordó que había cometido un error gravísimo. La chica soltó una risa fuerte, y luego volteó el móvil directo a su cara. A pesar que hace poco esa imagen le hacía sentir una frustración horrible, ahora, le estaba generando un momento muy vergonzoso. Se disculpó cuanto pudo, intentando que ella quitase esa imagen de su rostro, y así lo hizo, se alejó unos pasos y comenzó a marcar, pero no había tono de llamada, así que optó por devolver el móvil, no sin antes dedicarle una sonrisa que solo hacía que él se avergonzará mucho más.

Con el fin de no parecer, lo que no era, decidió ser el quien ahora continuará la conversación, y así paso buen rato entre conversaciones sobre temas tan burdos como la naturaleza de la lluvia, las caminatas, la noche; hasta que ella le dijo: "¿Es tu pareja?" mientras indica juguetonamente el bolsillo que guardaba el móvil. Él levanto la cabeza y la bajo como arrepintiéndose de lo que diría, "Sí", y antes de agregar algo ella se adelantó diciendo "...Pero ese no eres tú..." mientras reía de forma traviesa. A este punto él no sabía si estaba jugando, adivinando, o lo que sea, pero decidió contarle todo lo sucedido aquella desconocida.

Luego de un silencio incómodo, ella acercó su mano a la bragueta de él, y mirándolo a los ojos, sin decirle nada, le dijo en una sola mirada lo que haría, y él en una sola mirada estuvo de acuerdo. El cabello de ella se fusionó con el vientre de él, y con la lluvia y la poca luz de cómplices, él disfrutaba su suerte o su venganza.

Minutos después, que parecieron horas, ella recogía su cabello, le dedicaba una sonrisa, y huía rápidamente del lugar, a bordo de un taxi que había venido a recogerla. Él, que aún se recuperaba de su paraíso, se acomodó el pantalón como pudo y se fue a casa.

A la mañana siguiente despertó gracias al televisor que había dejado encendido. Se transmitía una noticia en vivo, y al parecer era algo o muy importante o muy escabroso, pensó que era lo primero y se fue a asear, para cuando volvió, la televisión seguía dando cobertura al mismo evento.

"Pareja fue hallada asesinada en el hotel...", los policías no dejaban pasar a los camarógrafos, al parecer la escena era espeluznante, quien haya cometido el asesinato, se había ensañado con ellos, no solo habían cortado el miembro del pobre tipo, sino que lo habían metido en la boca de la decapitada joven; había sangre por muchos lados, y otros rumoreaban que incluso les habían arrancado los brazos y piernas. La imagen era horrible, incluso algunos policías de criminalística salían estupefactos y asqueados de la escena.

"...esto es un acto psicópata, y definitivamente conocía a sus víctimas..." decía un policía a la periodista que seguía la nota.

Una punzada recorrió toda su espalda, no, no podía ser. Busco su pantalón que había puesto a secar, revisó todos los lados y no lo encontró.

"...jefe, encontramos algo...", decía un policía a su superior que daba la entrevista, era un teléfono móvil, era su teléfono móvil. Y mientras lo veía a través de la tv, sabía que, de una u otra forma, su pesadilla empezaba.

Frente a cámaras se oyó "aún funciona, ...enciéndelo", y la fotografía que apareció a nivel nacional quedó grabada en la retina de todos los espectadores matutinos. La cabeza de una mujer rubia decapitada con un miembro viril cercenado incrustado en su boca...

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