Nuestro Invierno Parte I.

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Moon Dancer veía aquella escena con lágrimas en lo ojos, podía ver como Twilight pasaba su brazo en los hombros de Starlight, para apegarse más a ella mientras caminaban por las calles que se teñían de blanco por la nieve que empezaba a caer.

La nieve anunciaba la llegada del invierno, al tiempo que se cumplían seis meses desde de cometió aquella estupidez de engañar a Twilight con el idiota de Sunburt. En todo ese tiempo aceptó la idea de que jamás recuperaría a la peli azúl, cada día encontraba una razón nueva para estar aún más segura de eso, pero al menos quería hablar por última vez con ella. Su oportunidad llegó, al ver como Rarity arrastraba a Starlight con ella, dejando a Twilight sola, salió de su escondite, su cuerpo temblando por el miedo.

— T-Twilight... — Llamó captando la atención de la mencionada. — ¿P-Podemos hablar?

— Uhm... Esta bien. — Aceptó después de pensarlo por algunos segundos. Sabía que no podía huir toda su vida, y quería cerrar esa estados de su vida de una buena vez.

— ¡Lo siento! — Exclamó Moon Dancer con la ojos fuertemente cerrados. — No pretendo que me perdones, pues lo que hice no tiene perdón. — Prosiguió al ver la mueca de la peli azúl. — No pienso seguir metiéndome en tu relación, aceptó que todo esto es mi culpa, simplemente quiero disculparme por todo el daño que te cause, y desearte que seas feliz.

Antes de que Twilight pudiera decir algo, Moon Dancer salió corriendo del lugar, dejando a una muy confundida peli azúl. No detuvo su carrera hasta que se vio afuera de las instalaciones de la universidad, lanzó un suspiro aliviado, se había quitado un gran peso de encima, revisó en la bolsa de su abrigo de donde sacó una carta y un boleto.

— Se feliz Twilight, te lo mereces después de todo lo malo que sufriste a mi lado. — Susurró mirando el boleto de ida sin retorno hacia otro país, y la carta en donde se autorizaba la transferencia de universidad. — Esperó volver a verte algún día. — Dijo comenzando a caminar en dirección a su hogar, para empacar todo para su viaje sin retorno.

Twilight seguía parada en el mismo lugar, aún procesando lo que acababa de pasar. Jamás esperó una disculpa de su ex-pareja, eso la tomó desprevenida.

— Tu también se feliz. — Susurró mirando al cielo; bajo la vista tras escuchar el sonido de una cachetada, encontrándose con Octavia que caminaba a paso calmado y elegante, con su rostro sereno. Detrás de ella iba Vinyl, con sus lentes mal puestos, sus manos juntas en señal de disculpa, y una notoria marca de mano en su rostro. — ¡Ah! Nunca cambiaran. — Murmuró negando con la cabeza e imaginándose lo ocurrido hace apenas unos instantes.

El timbre que anunciaba la hora se entrada a clases la sacó de sus pensamientos, lanzó un suspiro y se dirigió hacia el salón de clases. Las clases pasaron lenta y aburridas como siempre, lo ubicó que mantenía despiertos a los estudiantes, era de que dentro de poco terminaría el ciclo escolar y tendrían algunas semanas de ocio y diversión.

El día estuvo lleno de todas debido a las ocurrencias de Pinkie, los jalones de oreja hacia Rainbow por parte de Fluttershy, entre muchas otras cosas más. En la noche Twilight llegó al trabajo, donde fue recibida por un asfixiante abrazo de Vinyl.

— ¡Twilight, se nuestro testigo! — Exclamó Vinyl con una gran sonrisa, pero que para la peli azúl parecía la sonrisa de la muerte debido a falta de aire en sus pulmones. — ¡Di que si, por favor, por favor! — Repetía apretando cada vez más el abrazo.

— ¡Vinyl, suelta a Twilight, la vas a matar! — Musitó Octavia horrorizada al ver la palidez de su amiga.

La DJ soltó el abrazo, y Twilight dio grandes bocanas de aire, tratando de llenar sus pulmones del preciado vital. Cusndo levantó la mirada para ver a la pelinegra, observó una luz celestial a su alrededor y una aureola flotando en su cabeza, incluso podía escuchar el melodioso sonido del arpa.

Mi Bartender. [Twiglimmer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora