Prólogo

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Te quise, y lo admito te quiero. Porque sabes como hacerte amar en un abrir y cerrar de ojos. Pero cuando me acerqué lo suficiente como para compartir entre los dos ese amor que supuestamente teníamos, te alejaste, frío y distante, como si en un segundo todos los sentimientos hubiesen sido un invento.

Yo sé que no lo son. Son reales, son 100% reales porque a ambos nos duele,y los dos tratamos de manejar el dolor y la angustia de estar separados a nuestra manera. Tú, buscando amor en otros lugares, yo, esperándote hasta que te des cuenta que el único lugar que de verdad espera que llegues cada noche a compartir charlas hasta la madrugada y besos, es mi corazón.

Entiendo que tengas miedo de enamorarte. El amor es una mierda, y lo digo yo que estoy sufriendo por el tuyo. Pero si tu tienes miedo de él, no hagas que yo cada día me esté asustando más por esa palabra que para tí provoca casi la muerte instantánea. Porque yo no le temo al amor y siento que es la mejor forma de curar un alma. 

No le temo al amor, es más, moriría por tener a alguien que se recostara en mi pecho sólo para hablar de cómo le fue su día, o los problemas que tuvo en toda la semana. Me basta gozar hasta con el cómodo silencio y el calor de dos cuerpos que se entienden, y no necesitan usar sus cuerdas vocales para comunicarse, porque el silencio amoroso que se extiende es suficiente.

¿Sabes cuál es el problema? Que no es cualquier persona con quien quiero compartirlo, es sólo contigo, contigo y nadie más.

Dime que así lo quieres también. Por favor asegúrame que lo que tienes miedo solamente de enamorarte, porque a eso puedo arreglarlo invitándote a una simple terraza y hablando contigo toda la noche, por una vez, facilítame las cosas y dime que es sólo eso. Porque no podría soportar el rechazo de que en verdad no estas sufriendo, de que es producto de mi imaginación y nunca me quisiste y sólo fui un segundo que aprovechaste y al ver que no te daba lo que quería decidiste dejar detrás, para conseguir a personas que si te dieran lo que querías.

¿Sabes que? Hazlo mucho mas simple y dime lo que quieres. Tómalo o déjalo. Estoy aquí para ti, pero dame alguna señal de que sientes algo, antes de que siga sumergiéndome en ti, en tu vida, en la cual estoy adentrada. Aunque no lo creas hasta me he encariñado de tu familia, que sólo escuché nombrar en todas aquellas historias graciosas que me contabas cuando sí teníamos algo.

Dime lo que quieres y te ayudaré a encontrarlo.

Si es amor al que tienes miedo de adentrarte, yo te ayudaré a confiar en ese sentimiento.

Si es solamente un juego, dímelo, porque tendré que salir nadando a la superficie, donde claramente, seguirás estando, porque te tengo presente hasta con el corazón roto en pedazos.

Te quiero y lo admito.

Y me matas, a eso también lo admito.

duelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora