Capitulo 4

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—Deja ya esa sonrisa, lo digo en serio— Grace me miraba molesta, pero la sonrisa seguía ahi— Dios, odio esa sonrisa y todo lo que representa.

Traté de lucir confundida, y molesta, aún así la sonrisa no se iba.

Pero a pesar de todo debía seguir negando el hecho de que quizás no podía dejar de pensar en Grayson.

—Sigo sin entender a qué te refieres— Traté de parecer molesta, porque cada 5 segundos me repetía lo mismo acerca de mi sonrisa.

—Sabes bien que me refiero al hecho de que no paras de sonreír cuando digo Grayson,Café o peor aún cuando digo "posiblemente lo veas a Grayson en el café hoy".

Mi corazón dio un vuelco repentinamente. No me había dado cuenta de que quizás lo vería ese día.

Luego de la pelea intercambiamos algunos mensajes, pero pronto todo quedó en un "leído" por mi parte. La conversación no fluía, dado que nos conocíamos muy poco, y lo único que podía hacer era reprocharle que tomara solo jugo de naranja en una cafetería, y luego de unos minutos discutiendo acerca de eso, la conversación ya había tocado fondo.

—No— esta vez lo negué sin una pizca de sonrisa, y vi en los ojos de Grace como me creía— Sólo sonrío porque pienso en lo ridícula y espontánea que fui, yendo a una pelea sólo para ver a un chico a quien acoso y texteé por error. Vamos Grace, me conoces, no sería tan imprudente de sentir cosas por el— "o quizás si pero quiero negártelo para no parecer una loca".

—Está bien, entonces vas a ir al café hoy sin importarte su presencia ¿no?

Rayos, no había pensado en eso, definitivamente Grace se había anotado un punto.

—Si claro—dije repentinamente muy concentrada en mi color de uñas.

—Está bien, te acompaño entonces—Maldita e inteligente Grace, sabia exactamente que yo no iría al café.

—Claro—Conteste con mi mejor sonrisa gatuna—no hay problema, no tengo nada que ocultarte.

Grace me miro con desconfianza, creía que ocultaba algo, cuando la realidad era que no ocultaba nada, literalmente NADA. Solo no quería ir para no pensar con que me encontraría al llegar al café, era algo que me daba mucho miedo, ya no sabía cómo mirarlo a Grayson, suponía que las cosas entre nosotros habían acabado. Aunque en realidad ni siquiera eran una cosa. Me había precipitado al vacio, me había dejado llevar por el peligro que aguardaban esos intrigantes ojos pardos, y no pensé en qué pasaría después. Fui a un lugar que jamás había frecuentado, y mucho menos conocido. No malinterpreten, yo no era una introvertida antisocial sin amigos, no, tenía gran cantidad de amigos y me consideraba extrovertida,  muchas veces una tomadora de riesgos excesiva, pero es que Grayson me hacía parecer pequeña e insignificante, algo minúsculo que en realidad nunca había tenido idea de qué era el verdadero peligro, y créanme que eso asustaba, y muchísimo porque no estaba acostumbrada a sentirme insegura conmigo misma, y el desequilibrio era muy inusual el mi, como el amor. Bueno, al menos inusual en estas dimensiones.

Mis relaciones fueron un desastre innumerables veces. Siempre se aprovechaban de la inocencia de la hija del dueño del café, y generalmente terminaba en pedazos llorando en el piso de la cocina preguntándome que estaba mal conmigo, porque no era suficiente, por qué a pesar de que sacara a flote a mi corazón todo el tiempo, los chicos se las arreglaban para machacarlo de nuevo, para lograr que un simple órgano del cuerpo que solamente tendría que tener la función de bombear sangre, se retorciera dentro mío, gritara con angustia y extrañara.

Por esos motivos, y por muchos mas no me sentí aliviada con que Grace me acompañara, al fin y al cabo quien iba a enfrentar al peligro, quien iba a ver a Grayson seria yo, nadie más que yo. Grace solo era un daño colateral de ir al café (lo que significaba que no podría evadir el trabajo y tendría que ir si o si a mi propia condena).

Escuche a mamá salir de su habitación y los pasos acercándose a la mía, mire a Grace y le hice señas de que cerrara la boca, lo único que faltaba era que mamá se enterase de todos mis fracasos amorosos. Los pasos se fueron acercando cada vez más fuertes.
Y no quería sonar loca pero eran distintos, eran pasos mas rápidos y secos, eran los pasos de mamá cuando estaba enojada.

—¡ALLISON!— Mire al marco de la puerta y ahí estaba mama con los brazos en jarra y mirándome con...¿Desaprobación?—¡AL CAFÉ AHORA!¡VAS MEDIA HORA TARDE!

Mierda, mierda, mierda.

Pensé que iba a en horario y no le di importancia a la hora.
Abriendo los ojos como platos, agarre las llaves q estaban sobre la almohada, y comencé a correr por las escaleras apretando de la mano a Grace y gritando perdón mamá, cada dos pasos.

Nose si seria el apuro, o el sentimiento de que mamá me mataría si tardaba cinco segundos más, pero en menos de 6 minutos estaba en la puerta del café con Grace.

Solo que no éramos las únicas esperando en la puerta.

¿Quien diría que un día no podía ir peor?

duelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora