Parte única.

1.3K 216 135
                                    

Esto parecerá muy wtf, pero las crack-ship son las mejores, sí

Cuando RenJun era pequeño en serio soñaba con él día en que conocería a su personaje favorito: Moomin. Como todo niño, más de una vez había dicho que se casaría con el hipopótamo finlandés. Pero creía que esas ideas locas habían quedado en el pasado.

DongHyuck lo mira feo, frunciendo su ceño para luego hacer un puchero. RenJun pensó que esa basura podía funcionar con Mark y con casi cualquier persona en el universo, pero no con él. Así que enarcó una ceja luego de acomodar sus lentes redondos. El menor lo sacudió mientras chillaba su nombre. Está bien, puede que el aegyo del pelirrojo sea infalible. 

  — ¿Por qué no invitas a JaeNo? A él le gusta bailar y hacerse el lindo — bufó el extranjero. 

  — Porque estará cuidando de JaeMin porque está enfermo —   dijo lo último con un tono infantil que procuraba imitar la voz de JaeNo. RenJun se rió. — Vamos a divertirnos, tal vez conozcas a alguien~ — canturreó el muchacho. 

RenJun frunció el ceño. — No quiero conocer a nadie. 

— ¡Oh, vamos! ¡Moomin no tomará forma humana y se casará contigo! — chilló el menor y automáticamente se arrepintió porque sintió los brazos de RenJun rodeándolo con ganas de querer matarlo.  

El novio de DongHyuck, ese canadiense al que únicamente conocía de conversaciones casuales, tenía amistades bastante más grandes que él mismo. Así que siempre arrastraba al joven DongHyuck a todos lados y a dónde sea que iba el pelirrojo, iban sus amigos. JaeNo la mayoría del tiempo lo acompañaba junto a JaeMin, pero a RenJun no le daba buena espina que fueran tan mayores y se juntaran con niños de preparatoria. Era demasiado raro. Así que siempre se negaba a juntarse con un grupo de muchachos que seguramente tenían problemas de personalidad. Pero no iba a dejar a su amigo solo con esa gente, oh-no. Menos que menos en un pub. 

Así que RenJun se fue a la dichosa fiesta, aunque iba vestido como si fuera a la biblioteca. Claro, nadie le creería ni en mil años que ya había cumplido la mayoría de edad recientemente, así que llevó su tarjeta de identificación. Se encontró con DongHyuck y wow, ese no era el niño tierno que siempre los seguía como un perrito. Llevaba ropa de cuero y maquillaje cargado sobre su rostro de bebé. Lo cómico era que su dichoso noviecito iba casualmente con unos jeans y una abrigo con bolsillo de canguro. Él no le caía mal, le parecía gracioso y torpe. Pero se preguntaba por qué no se juntaba con gente de su edad. 

  — Oh, ¿RenJun, verdad?— preguntó Mark, con DongHyuck colgando de su brazo. 

 — Sí, al fin nos presentamos formalmente. Mis amigos siempre me hablan de ti— comentó, con cierta timidez. El muchacho sonrió amablemente y los acompañó hasta dentro del recinto. 

Ni bien los dejó en un rincón mientras buscaba a sus otros amigos, DongHyuck se giró hacia él: — ¡Te dije que no era malo y que no tiene complejos edípicos! 

RenJun estaba por decir algo cuando giró su rostro y se encontró con un muchacho pálido y alto. Con su cabello castaño peinado tranquilamente y una expresión que transmitía tranquilidad, no pudo evitar quedarse mirándolo como si hubiera visto un fantasma, pero uno realmente guapo.  Pronto aparecieron un par de personas más y todos se sentaron con ellos. DongHyuck los saludó a todos con mucho entusiasmo. RenJun tuvo que haberse quedado mucho tiempo mirando al chico pálido porque otro chico con cara de conejo que estaba al lado de él, lo miró y luego giró su rostro hacia su amigo murmurando un "qué tierno". 

Se avergonzó por completo y más cuando el muchacho al que miraba le habló. — ¿Cómo te llamas? — RenJun se quedó mudo. El muchacho sonrió enternecido. 

moomin / jaerenWhere stories live. Discover now