Sabado habitual, ¿o no?

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  Hace solo unos días que estoy en casa, no puedo explicar cuanto había extrañado a mi familia. Es sábado de tardecita y estoy tirada en el sillón mirando Prisión Break con Santi.

-No hay nada que me moleste mas que tener que ver un capitulo de la serie que ya vi, ¿Meche no podés mirarlo en tu cuarto? -dijo Santiago mientras colocaba sus pies sobre mis piernas. Asumiendo que no me iba a parar.

Puse los ojos en blanco

- Pff, anda vos a tu cuarto, yo vine primero- exclamé.

- Pero yo no tengo Netflix en mi cuarto – dijo quejándose.

-Interesante – dije sarcásticamente, mientras bebía un sorbo de jugo de naranja exprimido por mama.

Luego de dos capítulos seguidos decido llamar a mis amigas para averiguar los planes para la noche, el clima; perfecto para salir a bailar a algun boliche.

Marco el numero de mi mejor amiga Josefina. Su celular suena dos veces hasta que escucho esa voz chillona:

-¡Hola viajera favorita! O debería decir: bonjour, voyageur préféré- exclamó con un tono Europeo.

-Jajajaja Bonjour- le corrijo el acento. Bah decilo como quieras pero contame, ¿que vamos a hacer esta estrellada noche de sábado? - Pregunte tontamente.

- Las estrellas dicen bar, ¿que te parece? - dijo Jose de forma traviesa.

Sonrió al escucharla, extrañaba organizar esta clase de planes.

- Excellent, pone en el grupo de whatsapp con las chicas, ¿te animas? -Pregunté mientras lavaba el vaso de jugo en la cocina

-Genial, voy a tu casa a eso de las 22 -afirmó

-Me encantó, nos vemos más tarde, besito- respondí alegremente, aunque conociéndola estaba claro que las 22 para ella eran las 23.

Corte la llamada. Luego de varios mensajes en el grupo que siempre cambia de nombre según la situación, en este caso "jose no te olvides las pinturas" ya estaba definido: cómo vamos, cómo volvemos y dónde nos juntamos. Luego de estar tirada en la cama aproximadamente media hora, decidí pararme, me dispuse a maquillarme y vestirme. Opté por un par de jeans tiro alto blancos y una musculosa corta nega. Luego le agregue unas caravanas que hacían juego. Sencillo, pero como dice el slogan mas universal del mundo de la moda: menos es más.

Decidimos juntarnos en la casa de Federica, ya que los viejos son re copados siempre es la primera en ofrecer hacer la previa ahí. Luego de cenar con mi familia vuelvo a mirar la hora y leer  el grupo. Descubro que al parecer solo cinco amigas salen, el resto ya empezó la facultad y no tienen tiempo ni ganas de bolichear.

A mis amigas las conozco hace años, somos un grupo variado, muy diferentes entre nosotras pero la mayoría hicimos toda la primaria y secundaria juntas, 12 chicas en total.

Luego de que tomamos 2 botellas  de fernet de menta entre todas y estábamos suficientemente mareadas como para divertirnos sin culpa, pedimos un uber y 5 minutos después ya estaba en la puerta. Subimos al vehiculo todas cantando para variar, el conductor ríe por nuestro estado y sube el volumen de la música. Luego de 10 minutos llegamos a destino, había chicos afuera, típico de los bares en Buenos Aires. Hacemos la fila, todas riéndonos como niñas en parque de diversiones y finalmente poniéndonos firmes como los soldados con cara seria para aparentar que "estamos sobrias".

Cuando llegamos a la puerta, un guardia de seguridad nos dejo pasar, es fácil salir a bailar siendo mujer con 18 años en esta época, a diferencia de los chicos que en la mayoría de los casos tienen que tener mayores de 21 años.

Al entrar me deje envolver rápidamente por la música, fui directo a la barra con Federica, se podría decir que es parte de las mas fiesteras del grupo. Esta estudiando arquitectura y como arranca las clases un mes después esta "de boliche en boliche" como dice la canción conocida de los náufragos. Ya en la barra pedimos dos coronas de 600ml, tomé un poco en un banco alto de la barra y mire alrededor. Noto que hay gente pero no esta lleno como de costumbre, apuesto que va a ser una buena noche.
Suena leña para el carbón y cuando estoy a punto de pararme para ir a bailarla con mis amigas miro alrededor y veo un chico a no mas de tres metros de distancia parado a mi izquierda junto a otros muchachos que parecían ser sus amigos. Me estaba mirando. Intercepto su mirada y rápidamente la desvia hacia abajo, lo miro fijamente, era un chico esbelto, castaño y con una sonrisa increíble al cual estaba segura que conocía de algún lado.

Dejo de mirar para no quedar muy obvia, al parecer no lo logre..

- Si vas a mirar al flaco procura al menos disimular un poco- dijo con mirada picara mi amiga.

-¿Eh,  a quien? -Dije riendo para disimular.

-A mama mona con bananas verdes no, conmigo no te haces la boba bonita, cuando vos comías chicle yo  ya hacia globos- dijo riendo mientras me tomaba de la mano -vamos a hacerle la pasada.

-Nonono fede -le dije riendo y llevandola hacia donde estaban el resto de las chicas en ronda. - No tengo ganas de nada relacionado con chicos hasta dentro de un buen tiempo. Como dije antes, mi relación anterior me había saturado, estaba cansada de dar explicaciones y de repetidas peleas. Soy consciente que no todas las relaciones tienen porque ser de ese modo pero aunque hay muchos peces en el río podía perfectamente pescar otro problemático.

-Bueno vos te lo perdés, la verdad que no estaba nada mal...-dijo de forma sarcástica

El resto de la noche transcurrió tranquilo, tomamos un par de cervezas mas, bailamos y nos divertimos como solo nosotras sabemos. Lamentablemente, o no, no volví a ver al chico durante el resto de la noche.

Destino o casualidad. (23)Where stories live. Discover now