Mi diario, Mi romance, Mi dolor [ GOLDXFRED ]

- · 08/03/2016 · -

Me levanté sin mucho ánimo debido al molesto y estruendoso ruido de la alarma que estaba en la pequeña mesa de noche al lado de mi cómoda cama, mi brazo parecía un espagueti, se movía a cualquier lado, menos al que quería, La alarma. Tras no haber podido apagarla al primer intento y el traspasar de los minutos, el sueño que tenía en un inicio lentamente me fue abandonando hasta el punto de siquiera poder reposar los ojos sin sentir algo incómodo entre ellos que no me lo permita del todo

Algo tambaleante me levanté en dirección al baño de mi habitación, un paso tras otro, cada cual se me hacía más difícil que el anterior, en aquella extensa habitación de solo tonos oscuros de color, mis pisadas son echo que parece pelota saltarina, va y choca contra la pared para nuevamente volver hacía mi, inconscientemente tambien me estaba despertando aquel leve sonido. Una vez en el baño me quite mi pijama, dejándolo sobre el cesto de ropa que se encontraba allí, fui hacía la ducha y antes de entrar verifique la temperatura del agua, todos se dan duchas con agua caliente pero yo prefiero por mucho el agua fría, despierta muchísimo más que lo primeramente nombrado. Con gotas de agua cayéndose de mi cabello cual gota de lluvia cayendo de las nubes y deslizándose por mi cuerpo tal y como la cascada que se encuentra en general al final del río, Salí de la ducha con una toalla en cintura cubriendo mis partes reproductoras masculinas y otra en la nuca para que mi espalda no se moje, me seque completamente, me vestí, me arreglé el cabello junto con otros detalles importantes en mis ropas y finalmente me lave los dientes.

— *Bocina* Vámonos joven Gold, usted es el único que falta — decía desde el interior nuestro muy """"querido"""" mayordomo en especial por Mí, hice un chistido con la lengua — Tch...... — y a propósito caminé lentamente hacía la limusina, ya arriba, no me dediqué a escuchar junto con Golden nuestro horario para luego de clases, solo me quedé mirando hacía afuera de aquel vidrio negro que era lo único junto con una puerta que no me permitían tocar el exterior, ni sentir su suave brisa soplar por mi rostro despeinando el peinado que tanto tardé en hacer (5 minutos).

Al llegar junto con mi hermano nos bajamos del lujoso auto en el que eramos transportados, Así ganando miradas tanto de asombro que como de envidia, ya quisieran esos simplones llegar a la escuela así~

Una vez adentro, con la mirada comencé a disimuladamente buscar con la mirada a aquel azabache que sería mi "complice" en mi plan de confesión, cautelosamente me dirigí al ya mencionado mientras que mi hermano mellizo Golden se iba a quien sabe donde, al acercarme lo suficiente a Fred, causando un leve susto en él lo acorrale contra la pared con una mano mientras la otra era guardada en mi bolsillo — ¿Qué hace un Ángel como tu en esta tierra?~ — dice en tono coqueto arqueando ambas cejas y la mirada clavada fijamente en sus ojos, él con indiferencia y algo de molestia solamente se limitó a levantarse y apartarme, Así manteniendo la distancia — Me pregunto lo mismo, pero no exactamente de un Ángel......... Más bien dicho un demonio llamado "Gold" — sonrió con burla a lo cual intenté contener mis impulsos de darle su merecido por insolente en esos momentos, los pasillos estaban repletos de personas en las que un grupo disimuladamente se quedó mirando la escena que estaba creando con el de pelo azabache, suspire para recobrar la poca cordura que aún perdura en mí

— Creo que empezamos con el pie izquierdo......... — lo tomé de su cintura apegando su cuerpo al mío, intentaba apartarse con ganas pero no le dejaría hacerlo tan fácilmente, intenté como pude acercar mi rostro al suyo pero fue casi imposible, una vez logrado deposité un beso en su mejilla, me empujó con toda su fuerza y una expresión de sumo asco, ¿Qué esperaban de este mujeriego de primera?, con su muñeca se comenzó a restregar en manera de limpiar aquella zona que mis labios hicieron presión, le guiñe el ojo triunfante a lo cual él me levantó el dedo del medio, reí levemente — También te quiero, Primor~ — me di media vuelta y me fui de allí, una vez ya lejos de él me fui hacía un lugar donde no podría ser visto, más específicamente a esos pasillos por los cuales nadie ronda por las mañanas por quien sabe que motivos, al llegar escuché dos voces provenir de allí, de manera precavida me oculte bajo de unos casilleros para escuchar mejor la charla ajena