Final (2/2)

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El resto de la cena transcurrió con tranquilidad. La pareja hablaba con alegría sobre cosas del pasado; anécdotas de cuando recién comenzaban a salir, su primera cita, cuando conocieron a las familias del otro, como sus grupos de amigos se habían unido en un gran grupo, y muchos más recuerdos que atesoraban. Al terminar sus platos, la camarera se acercó a retirarlos y ofrecerles el postre. Antes de que Namjoon pudiese contestar, Seokjin lo interrumpió rechazando amablemente la oferta de la mujer y le pidió la cuenta. Ella asintió con la cabeza y les sonrió, para luego irse. Namjoon miró a Seokjin con un tierno puchero en sus labios.

-Oye, yo sí quería postre... -se quejó cruzándose de brazos como si fuese un niño pequeño al que le negaron un dulce. Aunque sólo estaba actuando lindo para su novio.

-Tranquilo, bebé, lo tendrás... -comenzó a decir Jin, teniendo en mente la sorpresa que tenía para el moreno. Aunque, a juzgar por el repentino sonrojo de este, él había pensado en algo más... -¡No me refería a eso! Eres un malpensado, Joonnie.

-L-lo siento... -se disculpó y aclaró su garganta. -¿A qué te refieres entonces?

-Ya lo verás -contestó coqueto, moviendo sus cejas.

***

Veinte minutos después, Jin y Nam iban caminando hacia la sorpresa que el mayor le tenía a su novio. Caminaban bajo el bello cielo nocturno, tomados de la mano, siendo iluminados únicamente por la luz de la luna y las farolas, guiados por las indicaciones de Seokjin. A pesar de estar cerca de la medianoche, la ciudad era segura y aún habían personas en las calles.

Namjoon sentía mucha intriga por el lugar al que se dirigían. Él sabía que Jin era muy romántico, siempre lo había sido, y que cuando le tenía sorpresas siempre eran asombrosas. Namjoon recordó su primer aniversario; Jin lo había llevado al teatro a ver una obra que había visto a los quince años y que había adorado. La obra iba de dos princesas que debían enfrentar a sus padres para poder estar juntas. Namjoon le había mencionado a Seokjin esa obra tan sólo una vez en su segunda cita y él lo había recordado después de un año...

-Fue tan romántico... -murmuró el menor inconscientemente. Seokjin lo miró y sonrió. -Yo... Estaba pensando en nuestro primer aniversario, ¿te acuerdas?

-La obra de las princesas. Sí, lo recuerdo como si hubiese sido hace cinco años -dijo el mayor riendo de su propia broma.

-Tonto... -murmuró Nam, riendo en voz baja, mirando al suelo y luego a su novio.

-Así me quieres -dijo él con una gran sonrisa, apoyando su cabeza en el hombro ajeno.

-Así te amo -afirmó el moreno. Seokjin levantó la cabeza y se miraron a los ojos, deteniendo su paso. Rápidamente le robó un beso en los labios y se ensanchó su sonrisa.

-Yo igual te amo, Joonnie... Por cierto, bienvenido a tu sorpresa -dijo el mayor señalando un pequeño rosedal alejado de las casas y edificios.

Este estaba algo oscuro por lo que Nam no podía verlo bien y no entendía cual era la sorpresa. Jin río por la cara de confusión del menor y aplaudió dos veces, haciendo que el rosedal se iluminara con pequeñas luces por todas partes. En el centro de este, había una preciosa pérgola con columnas de mármol, una enredadera de rosas escarlata combinadas con las luces, una mesa lista para dos personas en medio y un ramo de margaritas blancas sobre esta.

-Oh, por Dios, Kim Seokjin. Tú realmente quieres matarme -dijo Nam al borde de las lágrimas, para luego darle un fuerte abrazo a su novio. Este le correspondió y sonrió aliviado, «Parece que le gusta hasta ahora» pensó. Namjoon deshizo lentamente el abrazo y observó al mayor maravillado. -¿Qué es todo esto?

Vanilla Boy [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora