El aventurero

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          Hace 5 años que no sé nada sobre mi abuelo, ya que él es un gran aventurero y es reconocido mundialmente. Pero las últimas noticias que recibí de él, era que estaba por África, en busca de un gran tesoro que revolucionaría al mundo. He vivido con esa noticia desde entonces, ya apenas recuerdo lo que se siente tener el calor familiar. Si sé que deben estarse preguntando ¿y mis padres dónde están? Bueno, mi padre es un gran empresario que le desagradan las aventuras y mi madre está buscando el paradero de mi abuelo. También sé que sus prioridades no están muy bien establecidas, pero aun así los amo a los dos. Mi nombre es Sora Blackwood y soy un chico de 14 años que vive solo en una gran mansión. Para mí el dinero no es problema, así que dos veces por semana vienen a limpiar la mansión y a traer alimentos.

             Aunque todo suena muy triste, hay algo muy interesante que no les he contado y eso es que soy un genio. A causa de esto no es necesario que asista a la escuela en la que estoy, ya que se supone que vaya a una especializada. El problema es que tenía que mudarme y perdería a mis amigos, así que decidí quedarme en mi escuela aunque sea normal. Además, soy como una celebridad en mi escuela, en parte por el dinero, y también porque resuelvo todos los incidentes extraños de mi escuela. Si les soy sincero es lo que me mantiene divertido; al ser un genio me aburro fácilmente en las clases. Pero siempre tengo amigos que me acompañan.

            Ya es un nuevo día y me tengo que preparar para ir a la escuela, lo único que odio de las mañanas es levantarme solo. Aunque no dejo que algo así me amargue el día, así que termino de vestirme y recojo mi bulto para dirigirme a la escuela. Cierro muy bien todas las puertas de la mansión y me voy caminando para poderme encontrar con mis amigos en el camino. Al primero que veo, es a Carlos, con una gran sonrisa y un emparedado probablemente de jamón y queso, su favorito. Me acerco y me cuenta que Karla tuvo que quedarse porque estaba enferma. Yo estaba muy preocupado porque son como los hermanos que nunca tuve y si no es porque Carlos vive más cerca de ella creo que no me hubiera enterado.

-       Pero, ¿es muy grave?

-       Anda Sora, no te preocupes tanto es un pequeño catarro.

-       Tienes razón, pero ustedes son como mis hermanos y me preocupo por ustedes.

-       Lo sé, ahora corre, sino llegamos tarde.

-       Sí, mira la hora.

           Ya Carlos había terminado de desayunar y se nos hacía tarde así que empezamos a correr. Cuando llegamos a la escuela estábamos sin aliento y Carlos parecía que iba a vomitar, pero se calmó rápidamente. Una vez calmados nos dirigimos a los portones de la escuela y fue cuando notamos que todos los estudiantes estaban fuera de la escuela, incluyendo a los maestros. Obviamente esto era muy extraño así que fui a preguntarle a mi maestra de salón hogar, que era la maestra de inglés, la Sra. Cruz. Ella me explicó que hace una hora, unos hombres de negro llegaron y evacuaron a todos los que estaban dentro excepto al director. Luego se pusieron de guardia para evitar que cualquiera de nosotros entrase. Le di gracias por haber explicado lo sucedido y me aparté de todos, para poder pensar en una solución.

        La verdad es que no se me ocurrió nada, así que fui a hablar con el hombre de negro que estaba en el portón principal. Yo muy amablemente le pregunté si pronto podríamos entrar y él no me respondió. Me molesté un poco, pero luego me preguntó si yo era Sora Blackwood, me sorprendí un poco.

-       Sí, soy Sora por que preguntas.

          No me respondió y se tocó la oreja, probablemente tenía un dispositivo de comunicación, y empezó a hablar pero no le pude entender lo que dijo. Ya molesto regresé al lado de Carlos y justo se escucharon como las enormes puertas de la escuela se abrían, yo me iba a voltear y justo sentí como dos fuertes brazos me agarraban por la parte de atrás. Intenté pelear y soltarme pero fue en vano, aunque pude ver como los maestros y mis amigos se intentaban de acercar para ayudarme, pero eran empujados por los hombres de negro. Ellos que sin decir ni una sola palabra me llevaron en contra de mi voluntad.  Me tiraron adentro de un carro con tintes muy oscuros y no podía ver nada, y cuando nos alejamos lo suficiente de la escuela me pusieron un paño en la cara y fue lo último que vi.

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