Y el amor de mi vida, no fue una persona. ¿O sí?

Sinopsis.

La historia de mi vida (o mi fracaso).

Vamos a empezar por el día de mi nacimiento; 12 de Septiembre, año 2000, 21:59 horas.

Para ser sincera, mi llegada al mundo no fue el día más feliz en la vida de mis padres. Desde el primer momento en que se enteraron su vida se desmorono. No literalmente, porque mi madre termino de estudiar y mi padre no tuvo consecuencia alguna en su trabajo, pero no estaban preparados. 

De una forma u otra decidieron tenerme, y nueve meses después comenzó todo.

No puedo decir como fue mi infancia antes de los 5 años, porque no lo recuerdo, pero si puedo decir que paso en adelante.

Siempre tuve lo que quise económicamente, eso fue algo que nunca me falto. No quiero donar desagradecida, pero eso nunca compensó el amor que me falto.

Mis padres trabajaban todo el tiempo, todos los días y cuando estaban en casa yo solo era una molestia. 

La persona más cercana que tenía era mi mejor amigo, Lucas, que vivía a 3 casas de la mía.
Lo conocí un día que sali a jugar fuera de mi casa, el lanzó su balón y me dio en el estómago. Aunque lo odiaba al principio, no tardamos mucho en hacernos amigos; agradezco demasiado tenerlo en mi vida.

Nunca fui una persona muy sociable y con muchos amigos, por el hecho de que nunca supe relacionarme.

Lo que si recuerdo muy bien, fue la primera vez que me rechazaron.

Tenía 7 años, había empezado segundo grado de primaria. Estaba completamente enamorada de mi compañero de banco, cuyo nombre ahora no recuerdo porque al año siguiente se cambio de colegio y no volví a verlo. Pero eso no viene al caso, después de estar meses pensando mi estrategia para confesar mi amor, me decidí a hacerlo.

Escribí una carta confesando todo lo que sentía por él, aclarando mi nombre al final. Lo que hizo rompió mi inocencia y mi corazón.

La destrozo delante de mis ojos, y aunque ahora me parezca una estupidez en ese momento fue devastador.

Ese fue mi primer corazón roto, el primero de muchos.

Sólo espero encontrar la solución a mi fracaso,

Katia Perg.