Enamorado

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De nuevo la estoy mirando; me aferro a su imagen, la sigo con los ojos, siempre de lejos sin que ella se percate de mi persona. A mi lado la gente camina de prisa, pasa una tras otra, se rozan los codos, se pisan, se empujan, algunos hablan por celular y otros optan por darle la mano a un niño; pero yo; yo opto por mirarla a ella; yo elijo disimular ser su silueta.

La conocí un día en el que las hojas de los árboles volaban por montones, recuerdo que hacia mucho frío; yo tenía las manos resguardadas en los bolsillos y una bufanda alrededor de mi rostro, únicamente se me veían los ojos. Tenía las pupilas bien grandes, dilatadas por un éxtasis sin igual.

Quería atacarla, un impulso me decía que me lance sobre su cuello. Me temblaba el cuerpo y un deseo carnal me hacia morder los labios. Quería desgarrarle la ropa, desnudarla tal cual lo soñaba por las noches, esas noches en las que el deseo de sexo poseía mi cuerpo y solo me restaba consolarme a mi mismo, encontrar el placer y desmayarme en un ultimo suspiro, un sublime y reconfortante suspiro, que aliviaba esa sed de amor.

Pero soy un cobarde, no me animo a acercarme. Como le voy a hablar, además con que sentido hacerlo. Yo no quiero hablarle, yo solo quiero tocarla, besarla, quedarme dormido sobre sus glúteos, recostarme sobre ellos, morder esas majestuosidades redondeadas, esos poemas que sobresalen de su pecho. ¿Para que perder el tiempo hablando?, yo no quiero conocerla, que me cuente de ella, sus problemas, ni mucho menos su vida. Yo la amo, ella tiene que ser un escape de mis tormentos, no necesito de los suyos, solo quiero descargarme en ella, estoy seguro que si me animara a decírselo se pondría muy contenta.

¿Por qué no puedo aplaudir y que aparezca desnuda en mi cama?, ¿por qué no puedo hacerlo?

Yo seria un buen esposo. Todos los días le daría de comer, la bañaría, limpiaría sus genitales luego de que la llevase al baño, la protegería del mundo. Ella no tiene por qué pasar por eso, la amo demasiado, no tiene que lidiar con las inquietudes que a todos nos toca resistir en el sistema que nos gobierna, no tiene por qué salir de casa; estará más segura en mi cuarto, esperándome allí para cuando yo quiera hacerle el amor. No me caben dudas, ella será muy feliz conmigo.

Ya no puedo seguir así, yo la amo, ella estará muy bien conmigo, ¿qué más estoy esperando?

Tome una piedra y la avente contra el vidrio, y en un minuto de pura adrenalina me abalancé sobre ella tomándola por detrás. Fue extraño pero una paz me invadió el cuerpo, ella no opuso resistencia, estoy seguro de que comprende que es lo mejor para los dos. Las personas del lugar gritaban, querían detenerme, es evidente que no entienden que estamos enamorados. Deprisa la metí en la maleta del auto y me marché conduciendo tranquilamente como si nada hubiera ocurrido, sin armar ningún escándalo, después de todo el amor es lo más normal del mundo.

Una vez en casa la lleve a la habitación, la desvestí y la acosté en la cama, y yo me senté en una silla que siempre está a lado de esta; allí me quede acariciándole la frente, mirando sus ojos, su piel dura, su pelo de plástico, sus quietas manos.

Ahora estaremos juntos por siempre, ya nunca mas sufriremos por vernos detrás de un vidrio, tú modelando ropa y yo fingiendo querer comprar alguna prenda.

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⏰ Last updated: Sep 28, 2017 ⏰

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