5 Reasons Why ©

1. Luke

—Porque tú, solamente tú, llenas mi alma de felicidad. Tú, solamente tú.

''Solamente tú'', ese es el nombre de la nueva canción que hemos compuesto con Luke. Es raro, ¿no? Digo, él no tiene novia, ni está enamorado de ninguna chica y aun así puede sacar de algún lado tanto sentimiento para impregnarlo en una canción del género romántico. Me es increíble debido a su historial de vida, no es la persona más afortunada del mundo y a pesar de eso sus labios se ensanchan en una sonrisa abrasadora a cualquier que le diese una. Luke tiene dieciséis años, vive con sus padres adoptivos desde los cinco años, es un muchacho introvertido la mayoría de tiempo hasta que está con nosotros, pero tampoco es que se abra mucho.

Sonrío para mis adentros mientras escucho como Michael termina de tocar las últimas notas del piano. Se siente tan bien hacer esto, es como si todos nosotros pasáramos de la realidad a lo ficticio, sabes, como si cuando empiezo a cantar mientras que la música invade mis oídos me transportara a un mundo donde soy capaz de hacer lo que se me antoje y vivir eso en el instante sin miedo a equivocarme.

En mi caso mi mundo empieza en tonos grises y mientras los chicos empiezan a tocar algún instrumento para acompañarme; esas notas mandan hilos de luces de colores fosforescente a todas partes y lo mejor es cuando la voz de Luke se mezcla, mi yo en ese mundo se vuelve increíble, maravillosa, imponente. Creo que definiría a Luke Holland con esas tres palabras: Increíble, maravilloso e imponente.

Mi amigo continúa con los ojos cerrados delante de mí y yo me vuelvo en el puesto para encontrarme con la mirada de Caleb, sosteniendo el bajo, él me guiña un ojo y yo le sonrío, cuando todo se queda en silencio finalmente, él es el primero en hablar.

—Después de una semana lidiando con esta canción al fin me siento satisfecho. Lo hicimos genial.

—Estoy de acuerdo, creo que hay que dejarla así. Está muy buena. —lo apoya Michael, poniéndose de pie para alcanzar su celular que reposa en la mesita de madera al lado del sofá grande.

Me vuelvo hacia Luke, él y yo estamos sentados en un par de taburetes uno frente al otro, con un solo micrófono en medio de ambos. No tenemos más efectivo para más así que aprovechamos lo que tenemos, tampoco vamos a sacarle más a nuestros padres, mucho nos han ayudado para llegar a tener lo que tenemos.
Luke tiene sus ojos grises clavados en mí, como si escaneara mi rostro y eso sólo hace que mis mejillas se calienten, aparto la vista hacia el frente de la sala.

—Eso estuvo muy bien —menciona Adam en voz alta detrás de la batería.

—¿Aún te pone nerviosa Luke? —inquiere Michael desde el sofá, con el celular en la mano sin apartar la vista de él. Mis ojos se abren con repentina sorpresa y mi ceño se frunce porque eso es algo que no debería pasar ya que llevamos tiempo juntos, todos juntos.

—No... —intento hablar, pero Luke me interrumpe. Mis ojos recorren desde sus ojos plomizos, el rubio de su cabello ondulado hasta sus labios, pero rápidamente anclo mi vista en la suya.

—No le hagas caso. Si te observo es porque busco una duda, sobre la canción, en ti. —él se aparta del lugar y se dirige al sofá, para tomar asiento junto a Michael—. ¿Te gustó la canción, Dillion? —me pregunta, alcanzando un vaso de plástico y llenándolo con agua del cilindro que tiene al lado.

—Creo que está bien. —respondo cohibida en el puesto.

—Ese ''Creo que está bien'' no ayuda mucho. —me susurra Caleb, pasando por mi lado en dirección a los chicos.

—Chicos, por favor, no es momento de ponernos en duda a última hora. Ya casi tenemos las diez canciones, sólo necesitamos dos para poder visitar una compañía discográfica y que el mundo nos dé un golpe de suerte. —ataja Adam, llegando a sentarse a mi lado. Sus ojos me recorren con cuidado y luego a los chicos. Adam es el mayor de todos nosotros con diecisiete años y luego le sigue Michael que está por cumplirlos también, vive con su hermano desde que sus padres se separaron, eso hace aproximadamente dos años.