LEJOS OTRA VEZ

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―¿Por qué la máscara? ―preguntó confundida.

Antes de poder responder, apareció Carlos con dos de sus amigos.

―¿Esto es lo que tenías planeado? Vaya ridiculez Joshua.

―¿Qué quieres Carlos? ―pregunté demandando la razón de su presencia.

―Vine aquí por petición de Valentina. ―respondió para luego dirigirse a ella. ―No te preocupes linda, intentaste darme celos saliendo con el tonto, pero ya puedes dejarlo y venir conmigo. Todos estamos aquí para que puedas dejar tu trauma antes que te vean como una loca o te pongan en un manicomio.

Repentinamente, empecé a reírme dejando confundidos a todos los presentes.

―Desátate la bufanda Valentina ―ordene al ver lo que venía ―. Realmente eres idiota, no ves a Valentina, solo ves a una chica que quieres tener al ver que todos la desean; buscas la atención de quienes desprecias porque es lo único bueno que tienes durante el día y tendrás en toda tu vida.

Antes de poder seguir revelado la realidad que él ignora, recibí un fuerte golpe por uno de sus amigos, dejándome en el suelo; solo había dos de ellos, pero eran suficientemente fuertes para mantenerme en el suelo dejándome a merced de un furioso Carlos.

―¡No es cierto! ―reclamó mientras me daba un fuerte golpe―. Ellos son solo unos idiotas que me deben obedecer, Valentina será la perra que es y tu no podrás ver lo que haré con ella porque tendrás todos tus malditos huesos rotos.

Antes de acertarme otro golpe, la expresión de Carlos cambio de furia, a una pálida expresión de dolor; cayendo a un lado, pude ver como Valentina había dado uno de sus más fuerte patadas a las pelotas de Carlos.

Teniendo libre mis piernas y desconcentrado a los secuaces, pude zafarme del agarre y levantarme para hacerles frente.

―No deberían temerle, si son realmente sus amigos, golpéenlo ustedes mismos hasta que entre en razón, antes que alguien más lo haga.

Los dos chicos levantaron al adolorido Carlos, que forcejeaba con ferocidad pareciendo realmente un loco.

Un solo golpe en el estómago fue suficiente para que perdiera la conciencia y mojara los pantalones, qué, aunque era penoso, era buena señal para sus partes bajas.

―Te dejara una marca ―señalo Valentina al acercar su mano donde había recibido el golpe y deteniéndose a unos centímetros, me ofreció nuevamente una extensión de la bufanda.

―Amárratelo rápido, tengo frio.

Sin entender su exigencia a lo que sentía, seguimos caminando por todo el parque atrayendo la mirada de varias personas, era obvio que el moretón en mi rostro se hacía más notorio; así que aprovechando el plan que tenía en mente, me puse la máscara que había comprado.

―Creo que ocultara bien el moretón.

Valentina solo empezó a reírse ante mi alocada idea, mientras que yo me sentía morir por besarla.

―Pronto iniciaran fuegos artificiales, se dé un lugar donde se verán mucho mejor ―mencione emocionado.

Acercándonos a un pequeño lago, me saqué la máscara y se la ofrecí.

―Póntela por favor ―pedí algo nervioso.

―No podré ver bien los fuegos artificiales ―reclamo ella al no entender mis intenciones.

―Lo harás, solo póntela.

Sin entender nada, ella se lo puso, sin esperar que yo me acercara a besar los labios de la máscara.

Sin Poder Tocarte #DesafioElAmorQueNacioDeUnaSakuraWhere stories live. Discover now