Prejuicios.

Prólogo: ¿Amigas?

Caminaba inseguramente, un viento helador me traspasaba la piel como agua, congelando cada hueso de mi cuerpo, sentía que me transformaría en un cubito de hielo, parecía que no tuviera ropa alguna puesta. Miré a mi alrededor, ahí lo vi entonces, aquel silencioso lago iluminado por la luz lunar, el reflejo del despejado cielo en el agua, hacía que pareciera un portal. Observé entonces, asomándome, mi reflejo en el agua, todo estaba igual, pero no me sentía yo misma.
Pasaron minutos mientras intentaba encontrarme, hasta que, una gota roja, brillante, cayó de encima. El agua, las estrellas, el cielo, yo, empezamos a teñirnos de rojo, el lago entero tiñó nuestro reflejo...
Cayeron más gotas rojas, elevé mi cabeza lentamente mirando una escena, una escena que desearía no haber visto. Un cuerpo sin cabeza colgado de lo que parecía ser una rama como un garfio. Sangre brotaba del cuerpo cayéndome encima, dejándome sin aliento para gritar y más helada que el hielo, paralizada, entonces un eco me habló.
–¡Clara llegas tarde!–.
El terror impedía que me moviera por lo que tuve que forzarme, me sentía amarrada a una fuerza invisible y desesperada, horrorizada, y al fin, tuve el valor de gritar, despertando de la pesadilla.
–¡AH! ...–. Vi a mi madre a mi lado, soltando un suspiro de alivio, sin embargo, en vez de ver consuelo, veía enfado en sus ojos.
–¡Vas a llegar tarde en tu primer día!–. Fue entonces cuando caí en la cuenta... ¡Hoy era mi primer día de instituto!

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Ya estaba en camino, pero seguía con sueño, lo cual me impedía rendir del todo, era un martes por la mañana, pero sentía como si fuera lunes, al menos agradecía que el aire venía templado.
Llegaba tarde pero solía ser común en mí, seguramente Yumi me estaría ya esperando. ¿Quién es Yumi? Ella es mi mejor amiga, bueno, se podría decir, más que eso, -sin llegar a pareja- jamás tuvimos secretos entre nosotras, sabía de todo sobre ella y ella sobre mí, iríamos a la misma clase, o eso esperaba yo.

En cuanto llegué, ahí estaba, jamás me falló, y si lo hizo, hubo buenas razones para ello.
Fui a su lado sonriente, estaba deseosa por saber en qué clase nos pondrán a cada una, esperábamos estar juntas como fue casi siempre.
–¡Clara!– Me dijo saludando con la mano, soltando un suspiro. –Aún no viste las hojas de la entrada ¿No?– Me dijo señalando mi sonrisa indirectamente. –Clase distinta–.
–... ¿En serio?... Ahora con quién voy a compartir mis cosas, con quién voy a hablar, no puede ser verdad, ¡Oh dios mío, apiádese de nosotras!– Dije en tono dramático tirándome al suelo.
–Oh venga, levanta anda– Me dijo ayudándome –Siempre tendremos los recreos ¿No?–. Me ofreció una sonrisa a lo que yo asentí con una leve risa que no pude contener.
–¿Amigas?–.
–Hasta el fin–. Respondí con una enorme sonrisa que se dibujó en mi cara.

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Desde una esquina del instituto se dispuso a observar todo, aquella silueta que observaba con una sonrisa a la próxima persona que caería en sus garras, sin embargo, la silueta mostraba una inquietante paz.

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Aquí termina el prólogo de este libro, que tengo en mente :3
Y antes que nada quiero aclarar que los capítulos no serán así de cortos y que actualizaré en cuanto pueda, por lo que no habrá tiempo definido de actualización, y la portada la publicaré en cuanto la tenga terminada, por el momento se queda así uwu
Les ha hablado Dulce_Parlante o también Laru y les deseo buenas galletas~