Jimin tenía un mejor amigo, y un primer amor el cual era imposible. Su depresión le ganaba y le consumía al punto de no comer ni dormir.
"Esto sólo me pasa a mí".
Sufría demasiado, mantenía sonrisas falsas mientras que las de Jungkook eran verdaderas y alegres. El amor de Jimin hacia Jungkook era doloroso, demasiado lastimoso para su inestable mente y su sensible cuerpo. Se mantiene medicado para evitar pensar en tirarse desde el tejado de un gran edificio. Cielos, ¡debería ser actor de lo bien que lo hace! Sus lastimosas y falsas sonrisas nadie las notaba, solo él sabía sobre ellas. El amor dirigido a su mejor amigo le hacía mal, muy mal. Días sin comer, sin dormir, y miles de cicatrices por todo su pequeño cuerpo.
"Es tu culpa, Jungkook, todo es tu culpa".
Una y otra vez se repetía lo mismo, noches infinitas de un insuperable sufrimiento. Le dolía estar a su lado, pero a la vez no podía estar sin él. Se arrepentiría toda su vida si se aleja de Jungkook. Y él estaba ciego. Y Jimin estaba roto, su alma partida en miles de pedazos.
"Detente, por favor..."
Jimin culpaba todo el tiempo a Jungkook, era una mentira hacia él mismo, tratando de protegerse y tratar de no tomar el tarro entero de las "pastillas de la felicidad" debido a la culpa que lo consumía. El hecho mismo de expresar sus sentimientos a un chico le hacía demasiado pesado el corazón, pensando que Jungkook lo odiaría de por vida y se burlaría de él por haberse enamorado de un hombre. Realmente no quería perderlo, era su alegría, pero también su sufrimiento. Su luz, pero su oscuridad. Su salvación y su perdición.
—Oye, —habló Jungkook —¿no estás muy delgado?
—¿Te parece? —Jimin miró su cuerpo como si no se diera cuenta que lo estaba, cuando nadie más que él lo sabía. —Yo creo que estoy bien —ofreció otra mentirosa sonrisa, la mejor que pudo hacer de todas las que ya hizo anteriormente.
—No, no lo estás, estás muy delgado.
—Bueno, estaba haciendo dieta.
—Pareces medio muerto, detén esa dieta y come más.
—Pero estoy bien...
—¡Jimin-ah! ¿¡Crees que soy tonto y que no me di cuenta!? —gritó Jungkook agarrando los hombros de su mejor amigo.
"No lo hagas."
—La depresión, los cortes, las ojeras, tu cuerpo hasta los huesos —continuó Jungkook. —No tengo idea qué te tiene así, pero ya detente. Te lo estoy pidiendo como tu mejor amigo, por favor, ya basta.
"Mejor amigo..."
Jimin no quería llorar, odiaba mostrarse débil ante él. Mostrar una faceta que mantuvo oculta por años.Desde ese día, hizo lo posible para "curarse", comenzar a comer, tratar de dormir, aunque le fuera necesario tomar pastillas para dormir.
Quizás esas pastillas no fueron su mejor decisión.
Su depresión no se iba, las necesidades de bajar de peso aumentaban, se estaba volviendo una adicción. Estaba cansado de escuchar siempre las mismas voces, repitiendo siempre lo mismo
"JUNGKOOK NO TE AMA"
El sufrimiento era eterno, ya no quería seguir escuchando las palabras que tanto lo torturaban, lo hacen y lo seguirán haciendo eternamente. Estuvo días faltando al colegio, días en los que se sentía tan pesado que no quería levantarse de la cama y solo llorar y llorar.
Quizás un baño lo calmaba un poco, de todas formas necesitaba uno. En la bañera sumergió su cabeza hasta por debajo de la nariz, cerrando los ojos e intentando calmar las voces. Aquellas cedían, de muy a poco, pero lo hacían. La música era su salvación en ese momento de relajación.
"JUNGKOOK NO TE AMA"
—¡YA BASTA! —gritó Jimin a los cuatro vientos al escuchar de nuevo esa voz mientras agarraba la navaja y con toda la fuerza que pudo atravesó su antebrazo a lo largo.
La fuerza fue la suficiente para provocar un profundo corte, dejando salir ese líquido espeso el cual todos necesitamos que se mantenga dentro nuestro.
—¿Qué fue lo que hice? —miraba cómo la sangre salía lentamente pero en grandes cantidades de su muñeca. —Yo no...
De a poco se iba sintiendo más y más débil, tenía tanto sueño que pensó que se desmayaría. Su presión bajaba en lo que el carmesí salía de su cuerpo. Se lamentaba demasiado por lo que hizo, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse, su vida se estaba escapando de sus manos. Por su mente pasaba la perfecta imagen de Jungkook, quizás sea la última. El sonido de la puerta del baño abrirse de un estruendo lo sorprendió. Sus fuerzas de siquiera mover la cabeza y ver quién era estaban desapareciendo.
—¡JIMIN-AH! —era el que Jimin menos esperaba, Jungkook, su mejor amigo, su compañero de juegos y de vida, su familia. —No... No me hagas esto.
Jungkook se metió en la bañera tratando de frenar la hemorragia presionando con fuerza sobre la herida que Jimin hizo con sus propias manos. Intentaba hacerlo reaccionar, golpeándolo suavemente en la cara, agitándolo suavemente, haciendo lo posible para que no cierre los ojos.
—No te vayas, quédate conmigo. Te llevaré al hospital, por favor. Resiste, Jimin-ah... ¡MALDITO BASTARDO, NO ME HAGAS ESTO! ¡JIMIN! —un nudo en la garganta de Jungkook se formó a la vez que sus ojos se llenaban de lágrimas, haciendo su vista nublada.
—Jungkook... Lo siento tanto... pero... —usó su último esfuerzo para levantar su brazo y acariciar su perfecto rostro, su suave y lleno de lágrimas rostro. —Te amo.
—¿Qué? No, no, no tienes nada que lamentar, por favor, no te vayas. Hijo de puta, no me dejes solo. Yo también te amo, no me dejes. ¡JIMIN-AH!
Jimin hizo la sonrisa más sincera que nunca antes había hecho. La última que Jungkook pudo ver en él. El menor agarró la mano que Jimin tenía sobre su mejilla, no lo quería dejar ir. No quería perderlo. Su fuerza desapareció, y su piel se tornaba de color pálido, indicando una sóla cosa. Su vida se había esfumado en los brazos de Jungkook. Su llanto resonaba por toda la habitación de cuatro paredes. Perdió a su mejor amigo en frente suyo, había muerto su único y primer amor en sus propias manos.
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I'm Sorry, But I Love You. [OS JiKook /KookMin]
Short StoryEl sufrimiento de un amor no correspondido puede ser fatal.