Adolescencia jodida? Por alguien? Por un gilipollas? Por un puta machista?
No. Creí yo.
Y resulto ser que si.
Tenía 14 años cuando creí conocer el amor de mi vida. No, no mi primer amor, ni mi primer enamoramiento.
El primer amor no se olvida.
Este sí.
Si. Creía en eso tan bonito que sale en las películas, lo cual llaman amor. Amor, una palabra que cada ser humano le da su sentido, para algunos un sentimiento que dura toda la vida, para otros un sentimiento que solo sientes una vez en la vida con una única personas, para otros un sentimiento que sienten con quien quieren, y después estoy yo.
Creo que el amor...
El amor es bonito, sí.
Bonito es.
Bonito es mientras dura.
Sí, creo en el amor y en todas las moñerias del mundo.
Y se, que si no lo cuidas, termina.
Se rompe.
Y cuando se rompe, duele.
Duele mucho.
El amor de mi vida era un manipulador y maltratador psicológico, que consiguió que me quedara sin ninguna amiga, enfrentada con mis padres y con toda mi familia, para después irse con otra y dejarme sola sin nadie, sin nada.
Lo odio? No.
Odiarle sería darle importancia.
Y él, todo menos eso.
Y gracias a él, aprendí que debo amar, no a caer enamorada, porqué todo lo que se cae, se rompe.
