Estoy en la cocina de mi casa preparándome un sándwich, mientras mi nana prepara la comida. De pronto empieza a sonar el teléfono y como yo estoy cerca me doy el atrevimiento de contestar.
-Hola-
-Hola, habló del Hospital General de Los Ángeles, es la casa de los familiares Robert y Lisa Dallas?
-S..si, soy su... su hija- digo trabandome un poco por el miedo que empiezo a sentir, mis manos empiezan a ponerse frías y se me revuelve el estómago, esa rara sensación como cuando vas a pasar a exponer enfrente de todos tus compañeros o cuando pasa tu crush a tan sólo unos metros o centímetros de distancia, o cuando tienes ese presentimiento de que algo malo va a pasar o esta sucediendo. Esa rara sensación es conocida o llamada nerviosismo y es exactamente lo que estoy sintiendo ahora mismo, dispuesta a escuchar una mala noticia, por que, por Dios, si te llaman de un hospital no es para darte una buena noticia ¿o si?
Mi nana voltea a verme esperando a que le de una respuesta, pero no puedo decir nada estoy esperando la respuesta de la persona que esta a el otro lado de la llamada.
-Lamento informarle que sus padres han tenido un accidente automovilístico y lamentablemente han fallecido
No sabía que decir, ni tampoco que hacer. Solté el teléfono y caí de rodillas al frío piso, rapidamente lágrimas y más lágrimas comenzaban a bajar por mis mejillas, asi como si se tratase de una casacada
-¡NO!- solté un grito desgarrador, queriendo sacar el dolor que sentía ahora mismo en mi corazón, ¿Qué iba ser de mi, sin las dos personas que más amo en mi vida? ¿Quién me va a dar un beso en la frente mientras me dice "descansa princesa"?, ¿Quién me va a decir con una sonrisa en los labios que no me porte mal en la escuela, aún sabiendo que no lo cumpliría por más que tratara?
Como esas y más preguntas se formulaban en mi cabeza. Se repetía una y otra vez una imagen de como se ven ahora mismo los cuerpos sin vida de mis padres unas de las mejores personas que jamás hubiera pensado que existieran, postrados en una camilla con una manta blanca cubriendo desde sus pies hasta sus rostros pálidos. No lo podía creer. No lo quería creer.
Como alguien va a tomar la noticia de que tus padres han fallecido, que ya no los verás día a día, no estarían en fechas importantes, en sus cumpleaños, en su aniversario de bodas que ya pronto sería, no podía imaginarme una vida sin ellos, las personas que me dieron la vida.Mi nana se acerca rápidamente dejando de lado lo que estaba haciendo se agacha a la altura que yo estaba y me toma de la cabeza preguntándome que pasa, pero yo no podía decir nada, se repetían en mi mente recuerdos de cuando estaba pequeña, la cara de felicidad de mis padres cuando hacía algo de buena caridad, su cara de estar orgullosos de los logros de su hija.
No sabía como procesar esta situación.Escucho como mi nana comienza a llamar a gritos a mis hermanos y siento a los pocos segundos sus pasos apresurados y como se detienen bruscamente al verme en el suelo hecha un mar de lágrimas
-¿Qué pasa?- escucho que dice mi hermano mayor
-Nu...nuestros p...padres m..mur...murieron- digo con un hilo de voz y en un susurro que creo que no me escucharon, pero al ver sus reacciones me doy cuenta que si lo hicieron.
Después de menos de 5 minutos estábamos dentro del coche en dirección a el hospital donde me habían informado que estaban nuestros padres
Llegamos a los pocos minutos y bajamos rápidamente, entramos y preguntamos por nuestros padres. Nos dieron el número y habitación en donde se encontraban los cuerpos, nos dijeron que los habían puesto en una misma habitación. Corrimos como si nuestra vida dependiera de ello, corrí como nunca en busca de mis padres, teniendo la posibilidad de que esto sea una pesadilla y que nuestros padres aún siguen vivos, que aún los puedan abrazar y recordarles cuánto los amo, que gracias a ellos es que tengo vida, y que sin ellos no hubiera podido superar mis miedos, agradecerles por todo, pero ya nunca lo voy a poder hacer, y lo peor de todo es que mucha gente no agradece ni por la más mínima cosa, dale las gracias a esa persona que te cedió el asiento, por todo, porque sabemos que para los que tienen suerte la vida es larga, pero nunca sabemos cuál es esa persona, puede que al dormir mueras y nunca le agradeciste o lo dijiste te quiero a tu mamá, a tu papá, hermana, hermano a quien sea, nunca sabemos cuando va a llegar el fin de nuestra vida. Por eso hay que disfrutar y aprovechar cada minuto, cada segundo de nuestra vida, no dejes las cosas para mañana, si las puedes hacer hoy.

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LOS DALLAS EN DALLAS
JugendliteraturEmily Dallas y sus seis hermanos Stephen, James, Adam, Matthew y los gemelos Brad y Chad, sufrieron una perdida que cambio para siempre sus vidas, aquel terrible accidente que le quitó la vida a sus dos padres, esto hizo que Emily se alejara de sus...