Mírenla por última vez mis ojos; abrácenla por última vez mis brazos, y ustedes, labios míos, puertas de la respiración, sellad con un legitimo beso un mercado eterno con la muerte... ven, amargo conductor, repugnante guía, piloto desesperado; lanza de una vez tu barca cansada del trabajo del mar,lánzala contra las rocas que han de convertirla en astillas. ¡Bebo a la salud de mis amores!... ¿Oh, fiel boticario! ¡Cuán activos son tus remedios!... Muero con este beso.