¿Por qué no te agrada?

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"No te soporto"
"Tu vocecita chillona me da náuseas"
"Eres la persona con la que jamás podría llevarme bien"
"Nosotros no podemos estar en el mismo cuarto sin querer asesinarnos"

Frases que se habían hecho costumbres oír en la vida de quienes los rodeaban.
Ishida Yamato y Tachikawa Mimí tenían un pequeño problema: No se soportaban, tan simple como eso. Sus personalidades eran tan diferentes que no encontraban un punto en común para congeniar. Ella tan efusiva, caprichosa y directa, y él tan reservado, misterioso y soberbio.
Para su mala suerte, toda su vida frecuentaron los mismos lugares. El mismo jardín de niños, la misma primaria, secundaria y ahora preparatoria, los mismos lugares de reunión... ¿Y lo peor? Lo único que tenían en común eran sus amigos.
Les habían tenido paciencia por muchos años, al principio pensaron que solo era algo pasajero, que con el tiempo lograrían conocerse y al menos tolerarse, pero el problema iba en aumento, cada vez se llevaban peor. No lograban entender como dos personas que han compartido toda una vida no fueran capaces de intentar llevarse bien, porque ese era el problema, no lo intentaban.
"Tachikawa es una mocosa con aires de princesa ¿Crees que yo podría relacionarme con alguien así? No puedo encontrar nada bueno en su personalidad y su carácter tan desagradable..."
"¿Ishida? Siento asco de escuchar su nombre... ¿Qué podría tener de atractivo una persona tan callada, impulsiva y esquiva? Él y yo no pegamos ni con goma".

El otoño se acercaba, podía sentirse como el fresco viento se colaba en los huesos, las hojas de los árboles se teñían de tonos opacos y caían sin vacilación al suelo.
La campana anunciaba el comienzo de una nueva jornada escolar.
Como siempre, cierta castaña llevaba ya más de 10 minutos en su salón, viendo como de a poco comenzaba a llenarse el aula con sus compañeros. Suspiró, apretó sus ojos con fuerza y miró a través de la ventana donde podía observarse la entrada de la escuela.
Caminando como si no le importara nada en el mundo, un muchacho rubio se hacía presente ignorando por completo que las clases habían dado inicio, con aires de "chico malo" y una guitarra en su espalda, Ishida Yamato recibiría otra amonestación por su impuntualidad.
Rodó sus ojos mientras pensaba – ese idiota, una vez más llegando tarde. Caminó tranquilamente a su lugar, el primer puesto junto a la ventana.

— ¿Que estabas mirando? — le preguntó una muchacha pelirroja sentada a su lado.

—Nada en especial — abrió su bolso para sacar un libro — ¿Qué haremos hoy? ¡Al fin es viernes!

—Taichi dijo que nos reuniéramos en su casa a ver películas ¿Vienes? — sonrió.

— ¿Seremos solo los tres? — Chilló dramáticamente — ¡Odio ser el mal tercio!

— Claro que no, Mimí — Rodó sus ojos con gracia — También irán los demás...

— ¿Todos? — enarcó una ceja.

— Sí, todos... — bufó.

—Silencio señoritas reclamó el maestro mientras entraba al salón — Todos a sus lugares...

Los muchachos volvieron a sus lugares, el aula estaba en completo silencio, cuando una voz ronca anunció su llegada con un "Lamento la tardanza" acompañado del estrepitoso ruido de la puerta corrediza.

—Ishida, otra vez llegas tarde — Regañó el maestro.

—Lo siento maestro, mi despertador se averió — rascó su nunca como si realmente no le importase llegar tarde.

—Si vuelves a cometer otra falta tendrás que repetir el año completo, ¿Lo sabes o no? — lo miró con recelo.

Bufó — prometo no volver a hacerlo...

—Ve a tu lugar, las clases comenzaron hace un buen — se volteó y siguió escribiendo en el pizarrón.

Ishida Yamato tenía algo especial, le era imposible pasar desapercibido por algún lado. Su caminata tan particular, tan segura con sus manos en sus bolsillos irradiaba aires de rebeldía. Esa mirada tan esquiva derretía a cualquier chica, su cabello tan brillante y desordenado le daba un toque sensualmente despreocupado, y la guitarra en su espalda era el complemento perfecto para su look de sex idol de la banda local más famosa en esos momentos... Él hacía delirar a todas las chicas del salón... no, de la escuela.
A diferencia de cualquier chico con esa "popularidad", a Ishida no le importaba llamar la atención, al contrario, lo detestaba... eso lo hacía tan misterioso.

—¿Realmente crees que el maestro creyó que tu despertador se averió? — rio el apuesto muchacho moreno a su lado

—Ya no se me ocurren más excusas que inventar — sonrió — el ensayo con la banda duró hasta altas horas de la noche

— Nos reuniremos con los muchachos hoy en mi departamento ¿vienes? — preguntó.

—No lo sé — se recostó en su silla — estoy esperando una llamada importante de un productor y puede ser durante estos días

—Vamos, Ishida — golpeó su hombro — desde que tu banda está en la cima no tienes tiempo para tus amigos

—No seas mentiroso Yagami — mordió su lápiz mientras se recostaba en su pupitre — hace solo una semana que nos reunimos en casa de Koushiro

—¡Pero fue hace una semana! — frunció el ceño — antes de que te convirtieras en un ídolo sexual nos reuníamos cada día después de la escuela

—No me llames así, sabes que lo detesto — bostezó — estoy agotadísimo, los ensayos se me están pasando de la cuenta, pero está bien, ahí estaré

—Todo para complacer a esas locas fans dispuestas a darte una noche de placer — lo miró pícaramente

Sonrojó — claro que no... Para mí la música es lo más importante...

—Eres un idiota ¿Lo sabías? Cualquier chico con tu popularidad aprovecharía de llevarse unas cuantas muchachitas a la cama — sonrió

—No – esquivó su mirada — cualquier chico tan pervertido como tú tendría ese pensamiento sucio.

—Que molesto eres — apoyó su brazo en el pupitre para dejar su cabeza descansar allí

—¡Ishida! ¡Yagami! — gritó el maestro — ¡Dejen de interrumpir mi clase y guarden silencio!

—Lo lamento — dijeron al unísono

(...)

—¿Cuándo será el día en que esos dos no se metan en problemas? — suspiró

—¿La verdad? No me interesa — siguió tomando sus apuntes despreocupada

—No entiendo que es lo que te desagrada tanto de ellos — hizo una mueca

—¿De Taichi? Nada, él es muy divertido, apuesto, encantador, caballero...

—¡Hey! — la interrumpió fulminándola con la mirada

—Tranquila — rio — nunca le quitaría el novio a mi mejor amiga, además, él es como un hermano para mí... el problema es su mejor amigo

—Aun no puedo creer que te lleves tan mal con Yamato ¡se conocen de toda la vida! — exclamó

—¿Y? eso no es motivo para llevarnos bien — siguió tomando sus apuntes ignorándola

—Matt es muy dulce, comprensivo, maduro, amable...

—Espera — arqueó una ceja — ¿Estamos hablando del mismo "Matt"? ¿El solitario, impulsivo, arrogante, soberbio...? ¿De verdad?

—Mimí no lo juzgues ni siquiera te has dado el tiempo de conocerlo — rio

—A una persona que toda la vida me ha fastidiado—dijo burlándose — "que soy una princesita caprichosa que jamás madurará", claro que no me dan ganas ni de conocerlo ni de nada – chilló

—Ya vas a ver que si intentas acercarte se llevarán bien — apoyó su mano en el hombro de Mimí

—O tú estás loca, o realmente eres más ilusa de lo que pensaba — se alejó — Ishida y yo no pegamos ni con goma

—¡Tachikawa! ¡Takenouchi! — gritó una vez más el maestro — ¿Ahora son ustedes quienes interrumpen mi clase?

—Lo lamento maestro — interrumpió Mimí— estoy explicando a mi compañera las pocas probabilidades que existen de que dos polos opuestos congenien

—Eso déjelo para la clase de física, ahora estamos en historia — la regañó

—Perdón— agregó Sora.

Suspiró y apoyó su espalda en la silla, era agotador ver como dos de sus mejores amigos se llevaran como perros y gatos... Algo tenía que hacer al respecto, ya estaban sobrepasando sus límites. Sora era una muchacha muy comprensiva y tolerante, pero el asunto de Ishida y Tachikawa ya era algo crítico... Ya se le ocurriría un plan para que esos dos se llevaran bien... Solo necesitaba hablarlo con la persona que más conocía a Yamato... su amado novio, Yagami Taichi.

Quererte no está tan malWhere stories live. Discover now