Estoy encerrada en este cuarto, tan pequeño es, no hay ventanas, no hay nada. Sólo estoy yo en este cuarto oscuro y siniestro. Las paredes se cierran, el aire comienza a faltar y entró en desesperación, ya ni siquiera puedo gritar, mis manos transpiran y siento un ligero mareo que se vuelve más fuerte. Empujo mi cuerpo contra la puerta con la esperanza de que se abra y poder salir pero es inútil. Todo me da vueltas, tanto que me es difícil distingir los objetos del cuarto, solo quiero salir de aquí. Me estoy yendo y no creo poder volver, respiro lento; luego rápido, con torpeza me siento en una caja que encontré para poder calmarme, pero como veo la calma, no me ayuda, la calma fue lo primero que perdí al quedarme encerrada aquí.