Entre a la escuela, como cualquier dia. Camine a mi casillero y abri este, saque los 3 libros de mi siguiente clase, para luego cerrarlo. Gran susto que me lleve al ver a Sally frente a mi con una gran sonrisa formada en su rostro.
-adivina quien me hablo- Dijo emocionada dando saltos.
-¿Quién?- Pregunte.
-Leo- Hablo sonriendo a un mas, mi corazón se quebró en miles de pedazos. Por lo cual solo pude mostrarle mi sonrisa falsa.
-felicidades- Hable no tan segura.
Leo es el tipo de chico el cual no le habla a ninguna chica, solo cuando le interesa alguna en especial, y eso era lo que me dolia, por suerte, Sally, no sabe que me gusta, aun.
-gracias- Dijo tomándome las manos.
-menciono que hoy vendría por mi- Hablo recordando algo.
-mientes- Rei.
-¿Por qué crees eso?- Pregunto ofendida
-porque levantas una ceja cuando mientes- Hable.
Estaba cansada de que me contara mentiras. Odio las mentiras mas que a nada, son como cosas estúpidas que nuestra mente imagina, ya sea deseando o con el fin de engañar a alguien.
-depilare mis cejas- Rio estas tapándolas, lo cual causo mi risa. -ojala y algún dia venga por mi- Hablo y bajo su mirada.
-algun dia lo hara- Dije sobando su espalda como de costumbre. Aunque me dieran un tanto de celos, podía tranquilizarme y poder consolar a mi mejor amiga.
Me dio una sonrisa y apretó los libros entre sus brazos, para luego caminar a su salón. Acomode un mechon de cabello detrás de mi oreja y suspire, camine a mi aula y al entrar me sente al fondo del salón, junto a Luisa, una rubia risueña.
Para bien, con nadie del colegio estoy en conflicto, al contrario, la mayoría me agradaban, y con los que no, no era motivo para estar peleada. Y menos lo estaría por el regaño que me llevaría con mi madrastra.
Por suerte todas mis clases habían terminado. La hora de ir a casa estaba presente, y era lo que menos quería, ir a casa, tener que ver a Margaret me estresaba.
Mire mi celular, no era muy tarde. Sali de la escuela encontrandome con Sally.
-¡hey!- Llamo mi atención.
-hola- Sonreí.
-estuve hablando con el por texto, en todas las clases, no dejo de hablarme, ¿sera que soy suertuda?, realmente me ah gustado por 2 años y ahora me habla- Sonrio mas feliz que nunca.
-¿me preguntaba si podía ir a tu casa?, no quiero llegar a casa y tener que ver a esa persona.
Baje mi mirada.
-lo siento, saldré con Arleth- Ladeo sus labios.
-no hay problema- Sonreí no muy convencida, ya que no era una obligación, pero la mayoría de las veces decía que si. Ella había cambiado.
Di media vuelta y camine, doble la esquina y poco después pase la prepa, en la cual Leo esta, mire la hora, no me dio tiempo de correr y cuando menos pensé el timbre de salida se escucho, y fui envuelta por una ola de jóvenes.
Cai al suelo, haciendo que mis libros cayeran, pero por necia no los guarde en mi mochila. Todos pasaban por encima mio, y nadie me ayudaba.