El comienzo.

12 1 2
                                    

¿Quien era yo? Era un simple cazador común. Al igual que todos, yo iba al bosque, buscaba a mi presa y les lanzaba una flecha. Lo mas que lograba cazar era un ciervo y 2 conejos al día; 3 si tenia suerte. Vivía bien y sabia cuidar mis espaldas. Soy huérfano pero escapé a los 8 años por que odiaba siempre la idea de irme con alguien que no fuese mi padre real.

Caminaba por el pueblo días después. Tenia 16 años para ese tiempo y soñaba con poder estudiar algo y ganar dinero sin violencia; ¿Que loca idea, no?. Llegué al tablón de anuncios ubicado a la mitad del pueblo, donde habían trabajos y oportunidades de estudio algunas veces. Busqué y busqué pero ningún anunció de estudios aparecía nada, solo me llamó la atención un aviso de un dragón y una gran recompensa al que trajera una prueba de haber matado a la bestia; ¿Deberia ir y hacer mi trabajo como cazador y acabar a la bestia alada? Talvez... El dinero era mucho.

Pensé unos minutos y me dispuse a caminar a donde se encontraba la bestia, era cazar a una criatura más ¿no?. Llegué a una cueva muy grande donde dormía como un tronco el gran dragón. Me acerque con cautela y rápido saque una daga afilada que llevaba en mi bolso de cacería. Le clavé a la bestia en su acorazado cuello la afilada daga haciéndolo soltar un rugido ensordecedor de dolor. El dragón se hizo lentamente polvo hasta quedar hecho un montículo mediano del mismo, pero algo estaba raro. Decían que los dragones al morir siempre dejan una palabra muy significativa para el futuro; Pero no la sentí ni escuche, solo vi una luz salir del polvo la cual entro en mi, dándome una sensación muy extraña y el mensaje que esperaba que me llegara, la palabra del dragón fue "Cambio" ¿pero que podía significar? ¿Cambiará mi forma de ser?, espero que no.

Volví al pueblo con un saco donde guardaba el polvo de la bestia a la dirección que llevaba el cartel, me llevé una sorpresa al saber notar que era la iglesia y el que pagaba era el mismo padre que me esperaba con el saco grande de oro. Le entregué el saco y le conté todo, me entregó el oro y procedió a decirme unas palabras que me dejaron pensando el día entero.

La recompensa es más grande que un simple saco de oro. Suerte hábil cazador y que dios te ampare- luego de decir eso se fue por una puerta solo accesible al mismo padre-

Llegué a casa y me recosté en mi amaca para prontamente dormirme. Soñé con la voz del dragón hablándome de cosas en un idioma desconocido para mí. Luego soñé con que yo era el dragón y visitaba la cueva, el pueblo, una granja y mi casa. Al otro día me amanecí viendo por la ventana y unas huellas muy grandes y de forma extraña. No les presté importancia y me fui al pueblo a donde mismo había ido el otro día. Revisé nuevamente el tablón y no había nada de nada relacionado a los estudios o escuelas, ¡nada! ¡Que molestia!.

¿Busca algo amable joven?-una voz sonó detrás de mi por lo cual me dispuse a voltearme.

Quien demonios eres y que quieres de mí- dije mirándolo con una leve ira en los ojos por la frustración por lo del tablón.

Era una chica alta y con unos extraños colmillos que preferí no mencionar en esa ocasión, su pelo rojizo estaba amarrado, lo tapaba una bandana y sus ojos eran rojos como la sangre. Mantenía una belleza algo extraña y atrayente que aun no me quito de la cabeza, pero supongo que se me pasará luego.

Vengo a pedirte un favor, amable y feroz muchacho. -saco una carta de su bolsillo y me la entregó con delicadeza.

Y esto, ¿que es?- miré el sobre con desconfianza.

Es tu oportunidad de ser alguien mas grande, tierno muchacho- luego de decir eso se largó y desapareció entre la gente.

¿Mi... Oportunidad?- pensé un rato antes de abrir el sobre.

Luego de unos minutos abrí el sobre y leí la carta que traía en ella junto con un par de gemas muy valiosas.

Esa carta me dejó con mucho que pensar, ¿Debería aceptar el trabajo y seguir siendo un cazador? ¿O podría buscar más por lado del estudio?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa carta me dejó con mucho que pensar, ¿Debería aceptar el trabajo y seguir siendo un cazador? ¿O podría buscar más por lado del estudio?. Tenía más preguntas que respuestas, pero algo tenía claro; Necesito dinero.

Fui a donde se encontraba la dirección de la carta, al parecer estos días vivía siguiendo indicaciones. Llegué y había una gran puerta frente a mí, lentamente esta se comenzó a abrir por la misma chica que me había dado la carta. Pero ahora estaba a pelo suelto y usando un vestido con un cinturón lleno de elementos de caza.

Vengo por el trabajo, ¿donde esta tu jefe? -dije tratando de parecer amable.

La estas viendo tontillo, y me alegra que tenga a un cazador más en mi legión que cada vez va decayendo -me sonrió de forma amable y me dio la pasada.

Entré y mire que habían muchos esqueletos de diferentes animales en todos lados fuera del camino principal. Pero había un esqueleto único que estaba colgado sobre nosotros; Era el de un dragón.

¿Por que ese lo destacan sobre los demás?-miraba el esqueleto a detalle y vi que contenía algo al interior de sus costillas.

Muy simple. Por que un dragón al cual se le detiene el corazón se hace polvo al instante, pero si se mantiene el corazón vivo en algún lugar el esqueleto puede seguir entero. El corazón esta dentro de esa caja en sus costillas, con magia contuvimos el corazón justo a tiempo y lo tenemos como muestra de nuestra fuerza mágica y armamentista. -ella miraba con orgullo al esqueleto mientras iba contando esa mini historia.

Entonces ellos me querían para matar dragones, ¿que hice para merecer esto?, Bueno, no me quejo. Tal vez comience una nueva vida cazando, nadie lo sabe. Solo sabia que era un paso para mi, Jason séyesel.

Fin
Parte
Uno.

[•Cazador de dragones•] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora