A las horas lentas donde pestañar pesa por los ojos en fuego totalmente irritados, sufriendo el ausente abrazo del sueño, a ésas horas las intento aniquilar para encontrarme ante su mirada, de frente a su rostro que se mese siguiéndole el compás a una canción.
Actúo de manera torpe y apurada buscándolo sin éxito, en vano, ése abrazo se hace esperar más y más.
El sueño hoy por hoy es nexo, es plataforma y único modo en el que día por día, noche por noche, puedo encontrarme con ella sin sufrir ausencias.
Triste un poco, pues los placebos de cariño lastiman al sentir y se siente la ausencia.
Felíz por mucho, destacando lo preciso y elocuente de su residencia en lo onírico, en lo lúcido y en lo que no puedo controlar.
La hermosa pesadilla que siempre espero padecer.