O2

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JinYoung se divertía con cada comentario que le hacían, ellos simplemente no sabían que el pelinegro sólo buscaba divertirse sin necesidad de que se hallen físicamente, y algunos incluso solo pedían chat hot, pero JinYoung se hacía el pobre inocente, y se hechaba carcajadas demasiado fuertes.

Había pasado casi toda una semana y la página ya había puesto al pelinegro en uno de los rangos más altos de visitas en el perfil, y así llegaban más mensajes de personas desconocidas.

JinYoung ya había subido fotos con accesorios de gatitos, faldas cortas y lencería recién comprada.
Su espalda descubierta volvía locos a todos y era imposible no sentirse importante, aunque le gustaba.

🌸

JinYoung volvía de gimnasia, habían jugado un partido de quemados junto con los grados más altos, y el pelinegro no era nada miedoso, solo no quería ninguna lesión, es por eso que casi ni corrió.

Al llegar a la puerta de los baños, vio que muchos chicos se habían amontonado y apenas si se estaban cambiando, así que decidió esperar afuera.

Vio pasar chicos mojados y sudorosos aún, con o sin la misma ropa, arreglados o... Ya no supo qué más, solo sabía que el olor a muerto —que vendría siendo de transpiración— inundaba sus fosas nasales y lo habían querido hacer devolver.

Media hora delante de la puerta y al fin se había vaciado, o eso creía.

Empezó a desvestirse ya dentro del cubículo, sacando su jabón y enjuague de pelo, porque ¿Quién conseguía olor a vainilla sin bañarse con toques de éste?

Al bañarse por completo, salió y empezó a vestirse de abajo a arriba, cuidando de no mojar sus vestimentas con el húmedo piso.

Al llegar a su remera, se detuvo.

Giró sobre sus talones y unos ojos cafés estaban sobre él examinándolo por completo, de pies a cabeza, y no pudo sentirse avergonzado, no sabía desde hace cuánto ese chico lo había estado mirando.

—E-eh —tragó duro—, ¿Hace cuánto tiempo estás ahí?

—¿Cuánto crees tú? —Sonrió y mordió su labio, levantó un poco su mirada y se encontró con algo mucho mejor que el cuerpo que examinó hacía algunos segundos, el pálido rostro del pelinegro, su cabello recién lavado y aún mojado, sus labios rojos por la temperatura de la ducha y esos ojos oscuros que podían inspirar confianza y ternura a la vez.—Mark Tuan, un gusto.

—P-park JinYoung.

Un silencio perduró un par de segundos, hasta que el castaño ae acercó un poco e hizo que el corazón del pelinegro se acelerara.

—Hey.

Tomó ambas manos del menor, le dio la vuelta a éste y lo apoyó a la fría pared de baldosas. Olió desde las puntas de los cabellos hasta llegar al nivel del ombligo; Mark pensaba que JinYoung olía hermoso. JinYoung solo podía suspirar, no sabía qué hacer.

—¿Sabes, Jinnie? He visto esa arqueada espalda en alguna otra parte... —Empezó a tocarla desde donde se empezaba a marcar el hueso.

—¿Q-qué? Y-yo apenas lo conozco, no creo que me haya visto en otra parte, sin contar la escuela.

Mark mordió el cuello del pelinegro y éste quedó atónito tras el tacto, el castaño se fue sin más.

¿Qué había pasado?

❝JIMBB.❞ | m.t + p.jyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora