Capítulo 1: Piloto

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Me encontraba sentado en el poyo de la entrada de mi casa aún con el estómago lleno tras la comida, mirando los muros que separaban la vida de la nada, pensando en si existiría la remota posibilidad de que hubiese otro grupo de personas como nosot...

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Me encontraba sentado en el poyo de la entrada de mi casa aún con el estómago lleno tras la comida, mirando los muros que separaban la vida de la nada, pensando en si existiría la remota posibilidad de que hubiese otro grupo de personas como nosotros ahí fuera.
Seguía absorto cuando una voz me llamó:

-¡Ethan! -era Caleb, mi amigo de la infancia.
-Hey, ¿qué tal?- contesté carente de entusiasmo.
-Nada nuevo, sabía que te encontraría aquí pensando en tus cosas, como siempre. - dijo entre risas.
- ¿Qué tal si vamos a la biblioteca?- me preguntó animado, leer era la máxima diversión que teníamos.
- Por qué no... - respondí con un tono algo aburrido e indiferente. Comencé a caminar hacia la biblioteca mientras Caleb me seguía contándome su día, que aunque no tuviese nada de interesante, lo contaba cual apasionante aventura.

-Bua, tío, me he dormido encima del libro que me recomendaste ayer, que conste que es una mierda, literalmente, el cuero de la portada olía a demonios cuando me he despertado.

- Tú lo que eres es tonto, no sabes disfrutar de la lectura- contesté indignado- ¿cuál era, por cierto?

- Ni lo sé ni pretendo saberlo, algo sobre unas sombras de un hombre.

- Ahora entiendo que te durmieses.

Al llegar nos sentamos en la mesa del fondo, nuestra favorita desde siempre. Estar ahí me recordaba a mi hermano mayor, era donde nos leía aventuras en nuestra niñez. El sabía cómo elegir buenos libros, era una habilidad suya. Libros viejos y extraños con historias de lugares fuera del muro que nadie más del distrito conocía.

- !Ethan! -me sobresaltó de nuevo la tan irritante voz del pesado de Caleb.

- ¿Qué quieres ahora inútil?

- ¿Cuál escogerías?- me preguntó con dos libros en la mano.

- Mmmm... el de la derecha, ese no te va a hacer dormirte en la noche... o eso espero, porque si lo haces eres tonto- le contesté con un tono burlón.

- Vale, sabelotodo.

Estuvimos explorando las estanterías durante toda la tarde, bueno, más bien yo solo, porque Caleb andaba embobado lanzando miradas a las mozas que pasaban cerca del ventanal del ala derecha. Así pasamos la tarde, pero algo nos interrumpió. Cuando el sol se estaba poniendo sonó la rutinaria llamada a la oración, todo el Distrito 4 nos teníamos que reunir frente a la Casa Paternal de inmediato.

Caleb tomó rumbo a su casa y yo a la mía para reunirnos antes de la oración con nuestras familias. Me esperaba en la puerta mi madre con expresión colérica:

- ¡Ethan, tienes diecinueve años y aún sigues con tu amigo leyendo libros todo el día, deberías estar trabajando como hacía tu padre! - bajé la cabeza avergonzado.

- Lo siento madre...- contesté a modo de disculpa.

- Anda prepárate y viste a tu hermana que vamos a llegar tarde a la oración- subí rápido las escaleras para atender a mi hermanita Holly. Estaba sentada en la cama con el camisón de casa, esperando a que alguien le ayudara a prepararse.

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⏰ Last updated: Oct 02, 2017 ⏰

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