La libreria

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Hay un lugar, en una esquina cerca de mi casa, ahora llamado la "Librería Mezquina",
gustaba de ir ahí antes, era una librería pobre, pero rica en variedad de libros, pero hoy en día es como un "Starbooks" mexicano, la gente va ahí solo por el café y lo social, antes pertenecía a mi padre un hombre trabajador de edad un poco avanzada pero no fue hasta el año pasado que falleció de un accidente automovilístico, o eso es lo que se.

Así que este año un nuevo "pueblerino" vino a la ciudad y decidió comprarnos la librería y el la remodelaria, la verdad mi familia no tiene el dinero para mantenerla.

Sainz, Mark Sainz este es mi nombre bueno, no es así lo altere un poco, necesitaba agregarle un toque de elegancia, tengo 12 años y 3/4 me gusta leer Sherlock Holmes, Suzanne Collins, Gabriel García, entre muchos otros más.

En cuanto mi aspecto mido 1.63, no se cuánto peso, tengo cabello café claro algo Rubio, y ojo gris. La verdad es que no soy presumido ni nada pero a veces en algunos aspectos de mi físico puedo sentirme superior, algo que saque de mi madre tanto los ojos como la actitud.

Decido levantarme de mi cama para bajar a desayunar, no es mi parte favorita porque mi tía no tiene las mejores recetas, pero con esta hambre, es algo que puedo resistir, busco mis sandalias pero la pereza me gana y decido bajar descalzo, ni el frío ni la suciedad me lo impiden.

Cuando llegó a la planta de abajo me encuentro con la grata visita de mi hermana, según mi calendario, no la había visto desde ya hace 2 meses y 16 días, estudia en Harvard en E.U.A. y por consecuente casi no la veo.

Me acerque y camine como sí no la hubiese visto, y por primera vez en el año había huevo para desayunar, arrepentido supe que esto no era obra de mi tía sí no de mi hermana la cual cuando voltee, mi hermana me estaba viendo, lentamente me dirijo hacia ella con la cabeza agachada y la abrazo, ella me lo devuelve y me dice un "Te extrañé" fue tan dulce, cuando me lo dijo recordé nuestra infancia que su abrazo me hace sentir segura, pero eso fue el pasado y no me podía dar el lujo de acostumbrarme a su presencia, ya que durara no más de una semana.

Lo único que puedo sacar bueno de todo esto es que soy dependiente de mi tiempo por eso no tengo límites, tal vez porque ni siquiera tengo vida social, pero me levanto de la mesa y me dirijo a las escaleras y en el camino digo un "gracias", y me retiro tome mi bata me desvestí y me metí a bañar.

Salgo con mis sandalias y abro mi armario sacó unos jeans color rojo, una playera blanca, una chaqueta café mis botas y mi gorro. Después de vestirme tomó mi mochila y me dirijo a la puerta de salida sin decir "adios" o adonde voy.

Saco $4.00 del bolso de mi chaqueta para tomara un camión que me lleve a la librería, es algo deprimente ver todas las modernidad es que se le ha hecho, prefiero el estilo tan rústico que solía tener, entro como sí fuera mi casa pues todos ahí me conocen y no tengo que tener tarjeta o credencial, entro y directamente me voy a la parte de ciencia ficción pero ya he leído todo ahí así que decido merodear intentando encontrar un título que me atraiga pero nada, hasta que llego a una parte arrumbada y ahí hay una puerta pero estaba cerrada, por más que intento, no lo logro.

La libreriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora