Una madrugada fría y lluviosa estaba ella sentada en el solar de su casa, tomaba café y leía un poema, su voz se escuchaba igual que su corazón roto y sus lágrimas bajaban por aquellas mejillas hasta perderse por completo es su hermoso cuerpo. Ella seguía leyendo aquel poema tan hermoso que le traían a su mente tantos recuerdos de algunos momentos felices que obtuvo en su vida,quizás por eso lo leía, para recordar y vivir unos minutos más esos recuerdos que ya solo quedan en su memoria. esta chica aunque bella se encontraba muy triste, necesitaba un abrazo un abrazo lo suficientemente fuerte que le juntara las piezas de su corazón, pero al final nadie estaba ahí para ella. Estos recuerdos la destrozaron más de lo que ya estaba, la hicieron revivir momentos que debían haber muerto,aunque a decir verdad estaba tan acabada que era casi imposible destrozarla aun mas, con furia tomo el poema, con su mano izquierda fue a la cocina y tiro el poema en la chimenea, este poema se quemaba poco a poco hasta que solo quedaron sus cenizas, es así como deberían de hacer todos, quemar lo que los destroza.
Autora: Alejandra Vergara