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Llevaba un rato conduciendo, adentrándose poco a poco a la gran ciudad de Seúl la cual se encontraba sumergida por los colores rojizos de el atardecer. Ninguno de los dos había dirigido palabra alguna.

- ¿Quién eres?- Decidí romper el silencio, pues en ese momento lo que me sobraban eran preguntas. Permaneció callado unos minutos, parecía ignorarme, hasta que decidió contestar a mi pregunta.

- Min Yoongi.- Respondió en el momento en el que nos encontrábamos varados frente al alto del semáforo. - ¿Tú?

- Eso no importa ahora.- Fríamente contesté a su interrogante. - Por el momento contesta mis preguntas y evita las tuyas.

- No voy a contestar nada hasta que tú contestes mi simple duda.- Me miró con su intimidante mirada. Sí, este chico me intimidaba.

- Park YoungSoo.- Fije mi mirada hacia el frente.- Ahora que te dije mi nombre, ¿qué sucedía afuera?

- Me perseguían. Los disparos que oías probablemente me hubieran alcanzado de no ser por ese baño. Afortunadamente, entre a esa mansión y tuvieron algo con que entretenerse.- Esbozó una risa.

La luz verde del semáforo iluminó el automóvil.

- ¿Por qué te- El sonido de mi teléfono celular me interrumpió.- Mi madre...- Susurré por lo bajo mientras tomaba la llamada. - ¿Mamá?- Conteste ya con una mano en mi mejilla.

- ¡YoungSoo! Querida, ¿Dónde estás? ¿Estas bien? - La voz de mi madre se oía quebrada y temblorosa.

- Mamá, estoy bien, estoy en la ciudad.- Mi mirada ahora se dirigía a la ventana.

- ¿Cómo llegaste allá tan rápido? ¿YoungSoo?

- Estoy con- Yoongi volteó a verme y yo imité su acción, estaba esperando que terminara de formular mi respuesta. Probablemente no quería que supiera que estoy con un completo desconocido y peor aún, que había sido él el que los guió hacia allá. - Estoy con un amigo. Cuando fui al baño, salí de la mansión y llamé a Taehyung.

- Entonces, ¿no sabes nada de lo qué pasó?

No sabía que contestar, seguía viendo a Yoongi, él, a segundos quitaba la mirada del camino para verme. Ambos nerviosos. Ambos mirándonos.

- Ehm...- Apenas y pude pronunciar. Deje de verlo. - No. No se de que hablas.

- Te contaremos mañana al llegar a casa. Hoy ninguno de nosotros nos iremos de aquí, tenemos miedo de que vuelva a pasar algo. No te preocupes, todo estará bien mi niña.- Después de eso colgó. No puedo creer que ella, mi "madre" tenga miedo de algo. Que yo supiera, su dinero y fama en la ciudad la salvaría de todo, pero tratándose de una situación que no pudo predecir.
Un lado materno de ella salió. Que hipocresía.

- ¿Tu madre?- Su voz se hizo notar.

- Si...- Volteé mi mirada hacia él de nuevo.

- No le dijiste que estabas conmigo.- Siguió con la mirada en la carretera.

Reí sarcásticamente. - Crees que se quedaría tranquila sabiendo que estaba con un criminal. Solo quería que me dejara en paz.

- ¿Ahora soy un criminal?

- Niégamelo. - Me acerque de forma retadora.

- Bien, no te lo niego, pero ahora que sabes que soy un "criminal".- Dijo haciendo con sus manos un ademán de comillas. - ¿No te asusta?

- No. Sigamos con las preguntas.- Volví a mi posición inicial.- ¿Por qué te perseguían?

- Larga historia.

- Tenemos toda la noche, creo que puedo escucharla.- Dije rápidamente después de él.

- ¿Toda la noche?- Rió. Creo que a ambos nos gusta reír sarcásticamente. - Te voy a dejar en tu casa. Dime dónde queda.

- Aunque te dijera, no podría entrar. Deje mis llaves en mi bolso. En la fiesta. Y supongo que contigo no estoy segura, podrían estarte persiguiendo en este momento, me dejas en mi casa y esos hombres podrían secuestrarme o asaltarme.

- Tienes razón. Entonces, vamos a comer. Podría contarte allá y la verdad es que muero de hambre.- Dijo. La verdad es que la idea de estar en un lugar con comida no me gustaba para nada, pero quería conocer más sobre Yoongi. Había algo en él que me hacía querer saber más y más y más sobre él. Lo poco que convivimos había sido lo suficiente para captar mi atención, probablemente sus pequeños y rosados labios o esos ojos que cada vez que se dirigían hacia mi me hacía sentir pequeña en indefensa.

- Esta bien, pero ir con este vestido llamaría demasiado la atención, aparte no es muy cómodo ¿sabes?

Giró su mirada hacia la cajuela. Quise entender qué ahí había algo de ropa. Estacionó el carro en un callejón y bajé para acercarme a la parte trasera la cual al instante se abrió. Pude visualizar una chamarra de cuero negra, algunas camisas blancas y finalmente un par de pantalones de mezclilla. Tome las prendas necesarias y me asomé por la ventana del lugar en el que anteriormente me encontraba.

- ¿Dónde me voy a cambiar?- Le pregunté.

- No te preocupes, ahorita vamos a la mansión de la niña para que se cambie. - Me respondió de manera burlona.

- Bueno ya, entendí la indirecta.- Rodeé los ojos antes de que me hiciera la señal de que subiera en la parte de atrás.

- Cámbiate ahí.

- ¿Aquí?

- O te cambias ahí o no te cambias, tú decides pequeña.

Pequeña

Esa palabra me erizó todo el cuerpo.

- Solo... Solo no voltees.- Dicho esto, comencé a desamarrar el moño en mi nuca que mantenía mi vestido atado. La tela comenzó a caer de mis hombros hacia adelante. De un momento a otro me encontraba cubierta solo por mi sostén y mi parte baja por el vestido que seguía teniendo puesto. Volteé a ver a Yoongi y pude sentir su mirada en el retrovisor, no dije nada, la incomodidad no tenía lugar en este momento, no me incomodaba ser vista por él.
Bajé lo último que cubría mis piernas quedando en ropa interior, semidesnuda. Escuché como mi acompañante tragó en seco y una sonrisa se formó en mis labios. Quería seguir sintiendo como me observaba, se sentía bien, sentir como inconscientemente lo provoqué.
Comencé a ponerme la camisa blanca que puesta en mi parecía enorme y finalmente subí los pantalones. Igual, enormes.
Me bajé de donde me encontraba y volví a tomar mi lugar de copiloto.

- Listo.- Lo miré sonriendo.

- Vamos a comer.

Dijo y nos encaminamos a nuestro destino.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2017 ⏰

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c r i m i n a l | m.y.g.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora