Era inicios de invierno, me encontraba de nuevo en ese lugar, siempre me he preguntado por que es que siempre termino aquí, sera porque me causa una tranquilidad, sera porque me ayuda a olvidar por un momento que moriré.
Y no, no es que tenga miedo a la muerte, eso nunca me detuvo para hacer lo que hago.
Me encontraba sentada enfrente de aquella habitación, con el reloj marcando las de la madrugada, justo a tiempo para escuchar el cantar de los ángeles.
Y a que me refiero con esto, a que exactamente a esta hora, de aquella habitación salia una melodiosa y adorable voz, todos los días a la misma hora, siempre tenia que trasladarme 3 pisos mas arriba del mio para llegar a tiempo, claro que lo hacia con el menor ruido posible ya que a esa hora se supone que todos tenemos que estar dormidos, pero la verdad a mi no me importaba, no me importaba estar a -0° con tal de escucharlo.
Al empezar a escucharlo cantar se me enchinaba la piel, eso y por que los suéteres que traía y la cobija que siempre cargaba no me brindaban el calor suficiente, últimamente de aquella voz salían puras canciones tristes.
-¿te habrán dicho algo de lo que no te querías enterar?...- no pude evitar reír -creo que el no comer esta haciendo que hable sola-.
De pronto el silencio invadió el pasillo y no pude evitar acercarme a la puerta de aquella habitación, en el momento en que pegue mi oreja en aquella puerta, en el interior se escucho un golpe y seguido de ellos un grito, rápidamente entre en la habitación y fue cuando lo vi...
En el momento en que lo vi, nuestras miradas se encontraron, ¡joder su mirada!. esos labios rosados, ese cabello desordenado, esos ojos hermosos...y fue ahí cuando supe que el es la rozan por la cual yo sigo aquí, que en algún momento la vida aria que me encontrara con el para decirme que existe algo o alguien que te haga creer que aun puedes ser feliz en este mundo miserable...
-¿tu quien eres y que haces aqui?- al escucharlo me saco de mis pensamientos y recordé lo que estaba pasando.
- yo...yo...- no sabia que hacer, que se supone que tengo que decir ...hola soy young , estaba afuera de tu habitación escuchándote cantar como todas las mañanas, casi como si te acosara, mucho gusto...
- vete...LARGO!..- trato de pararse pero fue inútil ya que por la cara de dolor que hizo me imagino que su pie estaba mal.
- déjame ayudarte- me acerque rápidamente a el y lo jale del brazo, tratando de sacar todas las fuerzas que tenia, claro si en que aun me quedaba algo de fuerza.
- suéltame y fuera de aquí- me dijo un tanto enojado - no necesito tu ayuda esquelética, así que ¡vete de aquí!- safo su brazo de mi agarre y me empujo haciéndome caer al piso, o ese chico es muy fuerte o cualquiera puede hacerme caer.
- yo solo quería ayudar, no tenias por que ser asi...- dije un tanto dolida y como pude me levante, las piernas me temblaban, me sentia muy débil, me diriji a la salida.
- por cierto..- al escucharlo me pare - me harías el favor de no andar de metiche y dejar de escucharme cantar, ya me tienes arto huesuda- y esa fue la gota que derramo el vaso. como pude me aleje de ahi, no se si fue el esfuerzo que hice o el coraje que tenia pero de pronto comenze a sentirme mareada, veía borroso...mi cuerpo se desbanecio hasta tocar el frió suelo...
YOU ARE READING
YOU DON'T KNOW
Teen FictionAsí que solo déjame que renuncie, deja que me suelte. Si esto no es bueno para mí, bueno, no lo quiero saber. Déjame que pare de intentarlo, permíteme que deje de luchar. No quiero tu buen consejo, ni (oír) las razones por las que estoy bien. No...