Jonathan Samuel Kent-Lane, era el hijo menor y el primogénito de la pareja de reporteros del Daily Planet, Clark Kent y Lois Lane, y medio hermano menor de Conner Kent. Jon es un chico alegre y lleno de amigos, no duda en ayudar a quien lo necesita y por ello mismo decidió también transformarse en un superhéroe como su padre y su medio hermano mayor Conner Kent, para poder ayudar y aprender a ocupar sus poderes kriptonianos heredados para el bien de la gente inocente del mundo y el de su familia como de él mismo. Sin embargo, Jon seguía con una vida normal de un niño humano cualquiera y entre esa vida normal, tenía un par de pasatiempos y entre estas estaban los videojuegos y las salidas a pescar, salidas que hacía muchas veces con su familia o amigos, aunque muy raras ocasiones lo hacía solitario cuando quería agregar un pez nuevo a su colección que nadaban dentro de una enorme pecera regalo del primer Superboy.Uno de esos días en los que Jon, salía sumamente temprano de la escuela primaria decidió llegar rápidamente a su casa, cambiarse de ropa, tomar su caña de pescar, una caja de anzuelos y una pequeña hielera que guardaba para sus viajes al océano, o bien, al lago cercano a su hogar. Ma Kent, que se quedaba en la casa de su único hijo para cuidar de su nieto más pequeño subió al cuarto del chico con una lonchera lista con su almuerzo empaquetado para el viaje que el pequeño daría en esos momentos, la señora Kent no impediría que su nieto se divirtiese un rato solo le dio el aviso de regresar temprano y evite meterse en problemas como que evite que alguien lo vea usando sus poderes. Jon le agradeció a su abuela la comida como hizo caso a sus advertencias, tomó todo lo que necesitaba y se marchó con rumbo al océano, ya que el lago en esos momentos estaba ocupado por un pequeño grupo de niños mayores que él y no quería recibir las molestias de estos, ya que siempre los mayores o adolescentes de la zona no eran exactamente la mejor compañía que desearías tener.
-¡Buenas señor Whitehouse! -Salido alegre Jon, que iba caminando por el muelle con su equipaje de pesca. El señor mayor que estaba atando uno de las pequeñas barcas del sitio, este le saludo devuelta con una sonrisa.
-¿Vienes a pescar solo otra vez, niño? -Preguntó el anciano que sonrío y al ver el asentimiento del menor, le hizo una seña para que lo siguiese mientras camina por el pequeño muelle, guiándolo con lentitud hasta una de las balsas que comúnmente usaba el niño, cuando decidía salir por su cuenta a pescar.
Cuando el viejo pescador le entregó a Jon una pequeña barca, este le agradeció y subió a esta y comenzó a poner sus cosas dentro de esta, así mismo, preparó su caña con su anzuelo de la suerte que fue el primer regalo que le dieron su padre, Clark, por su primer viaje de pesca. Al tenerlo ya listo, solo reviso la carnada antes de zarpar al agua salada y comenzar a remar mar adentro.
Sabía que no debía irse demasiado lejos, porque seria algo peligroso de su parte, mucho peor, al tratarse de aguas infestadas de toda clase de animales pero, Jon, no tenia miedo, por lo que desafió como siempre las palabras de su madre y se alejo aun mas de la costa hasta perderla de vista, bueno claro, para un humano promedio.
Al estar lejos, tomó su caña de pescar, la preparo con la carnada y la lanzo el anzuelo lo mas lejos que pudo controlando su fuerza, y tomándose su tiempo para esperar a algún pez se hiciera presente. No espero mucho, y logro atrapar su primera presa, el día siguió igual, hasta se paro un rato a comer tranquilo su almuerzo, lanzando ls migajas restantes al agua para que otros peces o tortugas marinas comiesen el resto y no se desperdiciarán.
-Creo que es suficiente pescado -Comento con una sonrisa orgullosa Superboy, viendo el bote de metal lleno de pescados de diferentes tamaños y clases, pero se fijo que todos fueran comestibles.
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Un viaje de pesca, fuera de lo ordinario.
FanfictionJon siempre salía a pescar a las playas de Coast City, después de clases y claro hacer sus tareas, siempre regresaba con uno o dos peces nuevos para su pequeña pecera en su habitación, era un pequeño pasatiempo que nunca le trajo nada malo y menos s...