POSADNUTOST' (Vhope | One Shot.)

POSADNUTOST'

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•Obsesión•

Él era el cuadro más bonito que había pintado, la canción más melancólica que había escuchado, el libro más triste que había escrito.

Así describía a ese chico que cada día se sentaba en el tercer banco del parque de la ciudad, era una obra de arte; era un misterio que nunca había tenido el valor de develar. Todos los días acudía al parque en su búsqueda, todos los días observaba sus movimientos, sus gestos, la forma en la que miraba hacia todos lados buscando la fuente de su incomodidad: mi mirada.

Cada vez que lo veía él estaba vestido de negro, cubierto y ausente, a veces les daba pan a los pájaros. Un día lo ví pisar uno. Había mirado unos segundos el desastre de sangre, carne y plumas en el suelo y sólo había decidido limpiarse su zapato y seguir adelante. Lo había hecho a propósito; era emocionante. Él era emocionante.

Y todos lo miraban con lástima, todos creían que él sufría... ¿Cómo no pensar algo así cuando lo único que él vivía a diario eran los abusos de su padre a su madre, golpes, drogas, insultos, sangre de parte de ambos? Era curioso que aún así él nunca había llorado, nunca se había lamentado ni lo había visto soltar alguna maldición contra su vida. Incluso sonreía, muy pocas veces alejado de todo el mundo podía notarse una pequeña sonrisa en sus labios, él creía que nadie lo veía, sin embargo yo estaba presente a cada segundo de su vida.

Pero él no era tan inocente, él tenía secretos, tenía un estigma que lo marcaba como un cartel de neón del que solo yo tenía conocimiento. Su padre ya no existía, su madre se había ido de la casa luego del incidente y no se había vuelto a saber de ella. Taehyung había acabado con ellos tal como lo había hecho con el animalito en el parque, sólo le había bastado un cuchillo afilado.

Él creía que nadie lo sabía, pero ese mismo día yo estaba ahí, mirando desde su porche, escondido detrás de las plantas con solo una cámara y un sentimiento profundo de amor y admiración mientras él abría el cuerpo de su difunto padre con una sonrisa macabra. Pero él no lo sabía, y no lo sabría nunca.

Así fué como el tiempo pasó, uno, dos, tres años observando día tras día a aquel -ahora un hombre- que descansaba en el parque, sintiéndome atraído por esa belleza y esa retorcida personalidad, incluso sus defectos me eran hermosos. Sin embargo, hubo uno principalmente que no me agradó y tenía nombre y apellido.

Se habían conocido en ese mismo parque un día de nieve en el que no se encontraba un alma en las calles exceptuando a él y a su fiel acompañante que lo miraba desde las sombras. Había tenido el valor de sentarse a su lado en el tercer banco, había sido ignorado pero no se daba por vencido, había logrado en poco tiempo que Taehyung le dedicara unas palabras, y en un poco más de tiempo que entablara una conversación con él.

Ese día había roto mi cámara en mis manos, había vuelto a mi departamento y rompí todo lo que tenía a mi alcance en un ataque de ira, mi gato se había cruzado ante mí y había tenido el mismo destino.

Me encontraba tirado en el suelo, mis manos manchadas de sangre y pelos blancos, el cuchillo con el que había dado fin a la vida de Jimko estaba a mi lado rodeado de muebles estropeados, pinturas rotas, vidrios quebrados y libros esparcidos. Por primera vez había probado la prohibida sensación de matar, por primera vez sentía lo mismo que él.