T R E S

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CAPÍTULO 3:

.PROFESOR DE LUCA.

Todo el mundo es como
la Luna: tiene un lado
oscuro que no muestra a
nadie.
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—Hoy saldré a buscar información sobre tu padre —dijo Bobby mientras aparcaba su coche en la entrada de la Universidad de Sarah— Con las cosas que encontramos en tu casa tengo algunos indicios para empezar.

Sarah asintió, esa mañana antes de que la llevase a clase se habían pasado por su casa para que ella pudiera recoger las cosas que necesitaba. Por la tarde tendría que volver a ir para recoger el resto de cosas. Bobby se había dedicado a recopilar información sobre la investigación de su padre mientras ella recogía libros y parte de sus pertenencias.

—Te agradecería si me mantienes informada.

Bobby asintió— Te llamaré si descubro algo. A la salida vendrá uno de los chicos a buscarte, y si tengo que pasar la noche fuera dormirán contigo en la casa.

Sarah hizo rodar sus ojos a modo de desacuerdo— No necesito niñeras, Bobby.

—Niñeras no —dijo, con cierta dulzura escondida en su tono autoritario— Pero sí protección por si alguno de esos vampiros viene a por ti.

Sarah tragó en seco. No era la perspectiva de un grupo de vampiros viniendo a matarla lo que la intimidaba, sino el significado de ese hecho en sí. Si los vampiros la buscaban era solo porque su padre ya no estaba vivo.

Alejó los pensamientos negativos con rapidez.

Richard es un hombre fuerte. Pensó. No está muerto.

—Gracias por todo Bobby —dijo sincera— Espero que puedas encontrarlo rápido.

Bobby asintió y ella supo que esa sería la despedida. Abrió la puerta del coche y justo cuando iba a poner un pie fuera él volvió a hablar— Sarah —se giró para mirarlo. Su mano estaba estirada en su dirección— Dame el arma.

Sarah se mordió el labio inferior. Buscó en su mochila y sacó el arma cargada con balas de plata para ponérsela en la mano de mala gana. Bobby la guardó en la guantera y volvió a extender la mano.

—No tengo ninguna otra.

Bobby alzó una ceja, siguió esperando y Sarah resopló inclinándose hacia delante y sacando la daga de plata que guardaba en su bota derecha. Se la puso en la mano y Bobby la observó detenidamente.

Sarah nunca había cazado nada, nunca había ido de caza pues su padre siempre había querido mantenerla al margen, dejarla tener una infancia normal. Pero tampoco era un necio, siempre le había enseñado lo que había en la oscuridad y también la había enseñado a defenderse.

Sabía que un día quizás ya no estaría y ella iba a necesitar aprender a sobrevivir. Bobby pudo notar la hoja perfectamente pulida y afilada, seguramente capaz de cortar la carne como mantequilla. El filo impoluto, mostrando que nunca había sido usado.

—Toma —se lo devolvió y Sarah lo tomó algo dudosa, volviendo a guardarlo— Aunque espero no tener que venir a salvarte el culo porque has cortado la garganta de alguien.

Sarah sonrió— Puedo alegar que era un vampiro.

—A los vampiros hay que decapitarlos —le recordó con un tono serio, dejando claro que ese tipo de bromas no eran de su agrado— En serio, Sarah, no te metas en líos.

Sarah alzó la mano ahora libre— Lo prometo.

Se inclinó sobre él para besarlo en la mejilla y se bajó del coche. No podía culparlo por desconfiar de ella, realmente había tenido algún altercado antes en el que, se sentía orgullosa de decir, había salido victoriosa.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

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