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"Sólo es una pesadilla, sólo es una pesadilla" Trataba de convencerse a sí mismo mientras lágrimas se acumulaban alrededor de sus orbes castañas. "Todo va a estar bien, todo estará bien" Se dijo una vez más, su garganta ardía, le dolía la cabeza, ¿y sus piernas?, ¡¿por qué no podía sentirlas?!

Hacía cerca de diecisiete minutos que había despertado y algo dentro de su pecho le decía que las cosas no iban del todo bien, ¿por qué estaba en un hospital?, ¿en dónde estaban sus padres?, ¿por qué al tratar de recordar lo único que hacía era que su cabeza doliera aún más?

Tenía demasiadas preguntas, y sí, para su desgracia ninguna respuesta.
Cerró los ojos por un momento, tratando férvidamente de despertar. Estaba seguro que eso no era más que un amargo sueño.
Una vez los cerró, diversas imágenes comenzaron a pasar frente a sus ojos: Un auto azul, una casa en la playa, sus padres; un hermoso chico de cabello castaño claro.

-Jeonghan- Aquel dulce nombre salió de sus labios sin poder detenerle. -Necesito ver a Jeonghan.

Trató de incorporarse en la cama pero no podía, simplemente sus músculos no le respondían, ¡joder, no sentía las piernas!; eso le frustraba, necesitaba salir de ese monótono lugar, necesitaba ver a Jeonghan, deseaba verlo.

-Un accidente- Ahora lo entendía, recordaba muy poco y con escasa claridad, pero lo recordaba- ¡Jeonghan!, ¿dónde está Jeonghan?, ¿dónde está mi ángel?- Gritó, al punto de desgarrarse la garganta.


Que se jodiera la cordura, necesitaba que alguien lo llevará a ver a Jeonghan y a sus padres, no importaba si después lo sedaban o algo parecido, sólo quería asegurarse que las personas que amaba se encontraran bien.

-¡MALDITA SEA ALGUIEN, QUIEN SEA!- Le importaba un bledo el estar en un hospital, necesitaba respuestas y de alguna forma las conseguiría. - ¡JEONGHAN!

La puerta de la habitación se abrió de forma brusca; a través de ella apareció un joven doctor de ojos gatunos.

-Joven Hong, por favor cálmese. No quiere que lo sedemos, ¿o sí? - Una burlona sonrisa se formó en sus labios. -Veo que está alterado, y es normal. Ha estado tres días sin despertar, no pensamos que reaccionaría de esa forma tan... escandalosa. Me alegra ver que se encuentra bien.

-¿Dónde está Jeonghan? - Sincerándose con sí mismo, le importaba más el estado del castaño antes que el suyo. -¿Dónde están mis padres?

Un agudo silencia reino dentro de esas cuatro blancas e insípidas paredes. El joven doctor largó un suspiro.

-Antes que todo déjeme presentarme, Joven Hong. Mi nombre es Wen Junhui, estoy de intercambio, soy chino-. Entre más tiempo hiciera mejor, necesitaba que el enfermero se apresurará con los sedantes.

-¿Dónde está Jeonghan y mis padres? - Preguntó una vez más, muy poco le importaba saber acerca de ese doctor chino, sólo quería salir de ese horrible lugar.

-Yo..., lo lamento- Dijo JunHui, en un susurro ahogado

Los castaños ojos de Joshua se llenaron de lágrimas, no podía ser. Sentía como todo su mundo se venía debajo de forma lenta y dolorosa. ¿Cómo la vida puede cambiar en cuestión de segundos?
No podía asimilar las palabras del doctor Wen, debía ser una broma, era una broma. Una horrible pesadilla de la que pronto despertaría, sólo era cuestión de minutos y ese horrible sueño terminaría.

-Tus padres murieron, Joshua. Lo lamento.

No era posible, eso era una cruel mentira, aún no le había dicho a su madre lo mucho que le amaba; ni le había dado ese bello collar de brillantes que le había comprado para su cumpleaños. ¿Quién le cocinaría esa deliciosa lasaña?, ¿quién le daría mimos y lo llenaría de besos?
Tenía veintiún años, pero aún necesitaba a su madre; sí, era un niño de mami y no se avergonzaba de decirlo.
¿Y qué hay de su padre? Ya no podría decirle lo mucho que lo admiraba, ya no podría dirigir la empresa con él. Extrañaría sus regaños y su apoyo incondicional. Los extrañaría tanto, no era posible que estuvieran muertos.

Our Heart | JiHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora